La banca andorrana, que administra una suma que supera en 10 veces el producto interior bruto (PIB) del país, espera que la flexibilización del secreto bancario que tendrá que aplicar sea "caso por caso" y que los convenios que se suscriban "expliquen claramente los supuestos" en los que se facilitarán los datos a las autoridades fiscales. Así lo entiende el director general de la Asociación de Bancos Andorranos (ABA), Antoni Armengol.

Lo contrario, suprimir el secreto, supondría una debacle porque muchos de los recursos gestionados (unos 30.000 millones) son de extranjeros. "La referencia" --agrega Armengol-- "podría ser Suiza o países de la UE como Luxemburgo". Y así lo entienden también los políticos: Suiza y Luxemburgo, donde aún pesan más los inversores foráneos, marcarán la pauta. Andorra ya modificó el secreto bancario para luchar contra el blanqueo.