Los tipos de interés negativos impulsados por el Banco Central Europeo (BCE) desde el 2014 para apoyar la economía de la zona euro han penalizado los ingresos de la banca y han convertido al sector en uno de los menos atractivos para los inversores. Las entidades cotizadas españolas, salvo Bankinter, acumulan una caída bursátil desde entonces de entre el 77% de Liberbank y el 20% de Unicaja. Para tratar de paliarlo, varias de ellas han asegurado en las últimas semanas que a medio plazo podrían premiar a sus accionistas con una remuneración extraordinaria, algo que choca con las llamadas a la prudencia lanzadas por el BCE y el Banco de España.

Varios de los principales bancos españoles han prometido o insinuado que podrían repartir entre sus accionistas el capital que exceda de un determinado nivel, mayoritariamente el 12%, que prevén alcanzar a finales de este año o el próximo. Hay varias formas de hacerlo, pero las más comunes son pagar un dividendo extraordinario o recomprar acciones en circulación para amortizarlas, de manera que los títulos restantes tengan un valor mayor.

El problema es que el sector financiero español presenta el nivel de capital más bajo de la eurozona. Según los últimos datos del BCE, las 12 mayores entidades del país cerraron en septiembre en el 11,92%, frente al 14,37% de media y muy alejados del 27,5% de los bancos líderes, los estonios. Según el último ejercicio de transparencia de la Autoridad Bancaria Europea del pasado noviembre, solo Kutxabank supera el nivel medio de solvencia del sector financiero europeo. Pese a ello, Liberbank ya ha lanzado un plan de recompra de acciones de 20 millones de euros y un máximo del 2,04% del capital social, y ha dejado la puerta abierta a realizar otras operaciones similares en el futuro. Bankia espera el momento para cumplir el compromiso incluido en su plan estratégico 2018-2020 de repartir a los accionistas el capital que exceda el nivel del 12%, una medida clave para poder alcanzar su promesa de remunerar a los propietarios con 2.500 millones en estos tres años.

BBVA, Sabadell y Unicaja aprovecharon la presentación de sus resultados del 2019 para asegurar que estudiarán pagos similares a medio plazo. «Pero siempre en función del entorno económico, porque es mejor tomar las medidas tarde», puntualizó Ángel Rodríguez de Gracia, consejero delegado de la entidad malagueña. El Santander no fue tan lejos, pero su presidenta, Ana Botín, sí que aseguró que al banco le «sobra mucho capital».

La subgobernadora del Banco de España, Margarita Delgado, ha ido más lejos que el BCE en su apelación a la prudencia en el pago de dividendos. «Las políticas de retribución al accionista deben adecuarse a las necesidades de generación orgánica de capital de cada entidad», les advirtió el año pasado, antes de asegurar que le «llaman la atención» las variaciones que ha experimentado el porcentaje del beneficio destinado a remunerar a los accionistas en los últimos años.