El Banco de España admite, por primera vez, que la tensión política en Catalunya puede afectar al crecimiento de la economía. La incertidumbre generada por las demandas de independencia llega ya a los inversores institucionales extranjeros y el Banco de España ha empezado a detectar esa situación de riesgo en torno a las proyecciones de crecimiento del PIB. "Las tensiones políticas en Catalunya podrían afectar eventualmente a la confianza de los agentes y a sus decisiones de gasto y condiciones de financiación", reconoce el Banco de España en su informe trimestral sobre la economía española, publicado este jueves.

Es la primera vez que un informe del Banco de España hace mención expresa a la tensión política en Catalunya como un posible factor de riesgo para la economía española.

Según el director general de Economía y Estadísticas del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, aún no existen datos que confirmen si la tensión politica en Catalunya ya está afectando o no a las tasas de crecimiento de la economía española. En todo caso, los únicos datos existentes, sobre la evolución de los mercados financieros, "no revelan ninguna reacción negativa" en apartados tales como la prima de riesgo. De cara al futuro, no obstante, la tensión política en Catalunya "es uno de los riesgos que debemos tener en cuenta", asegura.

Desaceleración

Pese a ese incremento de los riesgos, el instituto emisor mantiene las previsiones económicas. "Se prevé que, tras crecer un 3,1 % este año, el producto interior bruto (PIB) aumente el 2,5% y el 2,2% en el 2018 y 2019, respectivamente, cifras coincidentes con las anteriores proyecciones". En particular, se estima que "la reciente apreciación del euro tendrá un cierto impacto negativo sobre la evolución de la actividad y la inflación, que tenderá a verse contrarrestada por el fortalecimiento más reciente del exterior exterior de la economía española y, en especial, del área del euro".

El Banco de España alerta de que determinados estímulos económicos que han sido la base del crecimiento de los últimos años pierdan fuerza. Entre estos figuran "la materialización en la etapa reciente de decisiones de gasto que los hogares y empresas habían pospuesto durante la crisis; el tono expansivo de la política fiscal en el bienio 2015‑2016 (frente a la orientación neutral prevista en los próximos años); y las caídas del precio del petróleo en años pasados". Los expertos del Banco de España también tienen en cuenta la reciente apreciación de euro y el previsible agotamiento paulatino de la política monetaria de tipos de interés en mínimos históricos.

De momento, se prevé que el crecimiento de la economía española en el tercer trimestre del año se situará en el 0,8%, una décima por debajo de la del periodo anterior. Esta menor décima de crecimiento, según Hernández de Cos, no guarda ninguna relación con la tensión política en Catalunya, sino con el incipiente agotamiento de los llamados "factores de cola" que han añadido impulso a la economía española en los últimos años.

Empleo

En lo que respecta al mercado de trabajo, el Banco de España prevé que la tasa de paro siga reduciéndose de manera ostensible como un efecto lógico del aumento del PIB, y que se sitúe por debajo del 13% a finales del 2019. "El crecimiento seguirá siendo muy intensivo en el factor trabajo, proceso al que contribuirá el moderado ritmo de avance de los costes laborales unitarios. No obstante, se prevé que los elevados crecimientos del empleo observados en los últimos años se moderen conforme transcurra el periodo de proyección, en línea con la evolución esperada para la actividad", explica el Banco de España.