La reforma del IRPF, que entró en vigor el pasado 1 de enero, reduce en términos globales "moderadamente" la carga tributaria, en torno al 3,6% y casi la mitad de lo previsto por el Gobierno. No obstante, en términos relativos, beneficia a las rentas más bajas (9,5% de rebaja media) y a las declaraciones conjuntas (5%), según una simulación de resultados realizada por el Banco de España.

El análisis, incluido en la colección Documentos ocasionales, se basa en datos tributarios contenidos en las declaraciones de la campaña de la renta del 2002, actualizadas para la campaña del 2007. Del estudio de estos datos se desprende que el recorte promedio en las declaraciones en las que predominan las rentas salariales "sería algo superior" al 3%. Otro de los elementos a destacar del informe, elaborado por Isabel Argimón, Francisco de Castro y Angel Luis Gómez, es el tipo efectivo medio de los ahorradores, que sigue "prácticamente inalterado". Estas rentas tributan al 18% fijo.

MEJOR, LOS INTERESES En todo caso el impacto "depende del origen específico de las rentas" del ahorro. En general, resultan con un tratamiento menos favorable los dividendos y las plusvalías. En cambio, las declaraciones en las que predominan las rentas por intereses registrarían "reducciones de tipos efectivos superiores a tres puntos porcentuales".

El descenso es más acusado para las declaraciones en las que predominan las rentas provinientes de pensiones y de actividades empresariales y profesionales. Aunque la reducción relativa de la cuota es menor cuanto más alta es la renta, el estudio revela que más del 37% de la rebaja será absorbida por el 10% de las rentas más altas. Ello se produce porque "la aportación de estas rentas a la recaudación total supera el 55%, mientras que el 50% con menor renta concentra solo el 23% del total de la renta declarada".