Las entidades de depósito españolas presentan una amplia "capacidad de resistencia" ante la eventualidad de que las actuales turbulencias financieras se prolonguen en el tiempo y se compliquen. Así lo expone el Banco de España en su último Informe de Estabilidad Financiera, difundido ayer, que incluye un ejercicio teórico para evaluar qué pasaría si captar dinero se encareciera en 0,50 puntos y los créditos no pudieran subir en igual medida.

Esta situación, bastante improbable desde el punto de vista del Banco de España, llevaría, en el peor de los casos, a una caída del 21,6% del beneficio de las entidades de depósito, algo que, para el exigente regulador español, "pone de manifiesto su elevada capacidad de resistencia ante un entorno desfavorable en los mercados financieros internacionales".

Esta "capacidad de resistencia" nace, según el regulador, de la "posición de solidez" de las entidades españolas, por "la fortaleza de su cuenta de resultados, su rentabilidad y su elevada eficiencia". José Antonio Olavarrieta, director general adjunto de la La Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA), subrayó ayer que "es difícil pensar que la crisis pueda afectar a las entidades financieras", por su elevada solvencia y su baja morosidad. El Gobierno, en respuestas parlamentarias, reiteró que la exposición de la economía española a la crisis es "casi nula".