La crisis de los mercados monetarios reapareció ayer amenazante en el Reino Unido. Por primera vez, el Banco de Inglaterra tuvo que acudir al rescate de una entidad bancaria sin liquidez. Northern Rock, el quinto banco británico por hipotecas concedidas, hubo de recibir como "último recurso", un crédito de emergencia de 4.400 millones de libras (unos 6.400 millones de euros), que necesitaba para poder seguir operando.

Tras la inyección, que se agotó en menos de una hora, las acciones de la entidad se desplomaron en la Bolsa de Londres, donde perdió casi un tercio de su valor. La caída afectó, aunque en menor medida, a otros bancos británicos y a los mercados internacionales. El Gobierno lanzó un mensaje de calma y tanto los expertos como los directivos de Northern Rock afirmaron que la crisis era pasajera.

NERVIOS EN LA CALLE Entre los clientes sin embargo cundió el nerviosismo y durante toda la jornada se pudieron ver colas ante las sucursales de la sociedad prestamista. Unos querían más información sobre los ahorros, o sobre el futuro de sus créditos, otros deseaban, pura y simplemente, llevarse su dinero. Algunos denunciaron la imposibilidad de hacer transacciones en el servicio por internet de la banca, algo que esta negó. "Llevo intentando sacar dinero desde las 7 de la mañana y no he podido", declaró a Reuters Andrew Murphy. El presidente de Northern Rock, Adam Applegarth, insistió entre tanto, en que los ahorros de los clientes estaban y están seguros. "El dinero del Banco de Inglaterra nos permite trabajar normalmente. No me gusta ver cómo la gente saca el dinero, pero los clientes pueden hacerlo o ingresar fondos, o pedir un préstamo. La jornada es normal". Hablar de "normalidad" y de "Business as usual " cuando las acciones perdieron un 32% del valor era un exceso de optimismo.

La caída de Northern Rock repercutió en otras entidades del sector, como Bradford & Bingley, que perdió el 8%; Alliance & Leicester, que registro una baja del 7%, y HBOS, con un descenso del 4% en sus acciones. La banca de Londres cerró con unas pérdidas del 1,17%. El resto de las bolsas europeas también cerraron en negativo a causa del impacto de Northern Rock.

Los expertos británicos se afanaban en subrayar la singularidad de este banco hipotecario, muy diferente en su estructura a otros del sector. Para entender lo ocurrido hay que recordar que en el pasado los bancos recaudaban dinero de los fondos depositados por los ahorradores y después ofrecían ese dinero a los que querían un préstamo o una hipoteca. Ahora el dinero se consigue en los mercados internacionales y los bancos lo prestan a los clientes. Northern Rock obtiene la mayor parte de su dinero de esta forma, pero en estos momentos hay un problema de liquidez, dada la crisis internacional financiera.

Eso significa que Northern Rock está más expuesto a los vaivenes crediticios que sus rivales. En su caso, sólo el 24% de su dinero viene de los depósitos de ahorro de sus clientes, una cantidad muy baja comparada con la de Alliance&Leicester (50%,) o Nationwide (70%). El futuro de la entidad es incierto y ayer en la City londinense no se descartaba la compra por parte de alguna otra entidad financiera. Incierta es también la situación de los 6.500 empleados de la entidad, que tiene su sede central en Newcastle. Después de lo ocurrido algunos temen que la crisis tenga repercusiones en el mercado inmobiliario británico, que muestra los primeros síntomas de decaimiento.