El Banco Mundial anunció hoy que ha concedido un préstamo de 250 millones de dólares y una ayuda de 35 millones a Pakistán para ayudar a la población más castigada por la insurgencia. En un comunicado divulgado hoy en Islamabad, la institución informó de que aprobó estas medidas ayer para aliviar las necesidades de la población más "pobre y vulnerable" en la provincia noroccidental de Khyber-Pakhtunkhwa y las adyacentes áreas tribales (FATA), fronterizas con Afganistán. El Banco Mundial reiteró su compromiso de auxiliar al Gobierno paquistaní en sus esfuerzos por responder a la crisis originada por las actividades de la insurgencia en esta zona. Parte de las ayudas servirán para incentivar a las familias para que puedan enviar a sus hijos a la escuela e intentarán fortalecer a la población ante eventuales crisis derivadas de la acción insurgente, según la institución. Ayer el primer ministro paquistaní, Yusuf Razá Guilani, recibió a una delegación de parlamentarios de las zonas tribales y les prometió 30 millones de rupias (unos 350.000 dólares a cambio de hoy) para que identifiquen proyectos que redunden en el bienestar de su población. Las FATA, que nunca han estado bajo el control total del Estado paquistaní, están gobernadas por una ley especial heredada del Imperio británico, pensada para domar a la población mayoritariamente pastún que habita esta montañosa región. El Ejército lleva a cabo actualmente varias operaciones contra la insurgencia en alguna de estas demarcaciones, aunque EEUU está presionando, por el momento en vano, para que lance una ofensiva en Waziristán del Norte, que acoge a redes yihadistas y facciones talibanes. Aunque las concesiones de préstamos para Pakistán son habituales, el Gobierno está teniendo graves problemas para satisfacer las demandas del Fondo Monetario Internacional (FMI), uno de sus principales recursos para mantener a flote las arcas públicas. El FMI exige reformas económicas para continuar adelante con un paquete de créditos de 11.000 millones de dólares, la mayor parte del cual ya se ha entregado, aunque ahora se halla paralizado. El Partido Popular (PPP), que encabeza el Gobierno, apostó por eliminar los subsidios en los carburantes y promover una ley para reformar el impuesto sobre el valor añadido, pero no ha logrado sacar adelante por el momento estas iniciativas ante la oposición o recelo de la mayoría de los partidos.