"Invertir en los pobres es un buen negocio para la sociedad en su conjunto, no solo para los pobres". Esta es una de las principales conclusiones del informe Reducción de la pobreza y crecimiento: círculos virtuosos y círculos viciosos , que ha elaborado el Banco Mundial y que ayer fue presentado por la vicepresidenta para América Latina del organismo internacional, Pamela Cox, y por el economista jefe de la entidad Guillermo Perry.

"Si no se mejora su nivel de vida", los pobres "no pueden contribuir al crecimiento", explicó Perry. El enfoque es el contrario de los planteamientos habituales: no se trata solo de crecer para favorecer a los más pobres, sino de reducir la pobreza para poder crecer más. El informe sostiene que la pobreza en América Latina impide el crecimiento.

"Hay que acompañar la apertura comercial con políticas para corregir las desigualdades" y, según el Banco Mundial, las más eficaces son la educación, las infraestructuras y el acceso al crédito.