La cúpula del Banco Popular ha decido acelerar el proceso de transformación de la entidad para aumentar la rentabilidad. Para ello, el consejo de administración del banco ha aprobado este martes una nuevo organigrama con la creación de cuatro direcciones generales cuyo objetivo será centrarse en incrementar los ingresos, optimizar los costes y reducir el volumen de activos problemáticos o no rentables, sobre todo los relacionados con el negocio inmobiliario.

La nueva organización del banco que preside Ángel Ron se ha decidido prácticamente solo una semana después de que Pedro Larena asumiese el cargo de consejero delegado. Las direcciones que se han creado son la Transformación digital, con Fernando R. Baquero al frete y dedicada a acelerar el proceso de digitalización de la entidad; la de Medios, dedicada a mejorar los procesos y mejorar la eficiencia, además de reducir costes, liderada por Alberto Muñoz; la de Negocio Especializado, con el objetivo de potenciar la actividad bancaria de consumo, banca privada, medios de pago, entro otros, dirigida por J. José Rubio; y la de Negocio InmobilIario y transformación de activos, que se gestionará al margen de la actividad principal del banco y que se dedicará a reducir los activos problemáticos o con poca relación con la actividad actual del banco. Esta última estará dirigida por Francisco Sancha, e, igual que las otras tres dependerá directamente del consejero delegado.

El objetivo de todos estos cambios es, según destaca el banco en un comunicado, "adaptar su gestión hacia una mayor segmentación y especialización, transformar el actual modelo de distribución y operativo y adaptar el modelo de riesgos".

El cambio en la cúpula irá paralelo a un duro plan de ajuste de plantilla, que la dirección tiene previsto empezar a discutir con los sindicatos el próximo jueves. Según 'Expansión', el banco ha fijado en 2.800 los posibles afectados por esta reestructuración de personal.

CAMBIOS TECNOLÓGICOS

El Popular ya lleva barajando reducir su red de oficinas y empleados desde la junta de accionistas celebrada en el mes de abril, cuando el presidente del banco, Ángel Ron, adelantó que se podría realizar un ajuste "en la medida" en que lo provocaran los cambios tecnológicos y en el caso de que las condiciones de mercado lo aconsejasen.

Poco antes del verano, Popular confirmó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que había iniciado un "proceso de análisis operativo" cuyos efectos no podía cuantificar "con precisión", todo ello después de haber cerrado una ampliación de capital por 2.500 millones de euros con la que pretendía reforzar su eficiencia.

Entre el 2001 y el 2015 Banco Popular ha recortado un 23,5% sus oficinas y un 17% su número de empleados, apostando, en la medida de la posible, por medidas no traumáticas, como prejubilaciones y bajas incentivadas.

La red de la entidad está compuesta por más de 1.900 oficinas, de las que el 17,2% está en Andalucía, el 14,6% en Cataluña, el 14% en Galicia, el 13,1% en Madrid y el 10,9% en el resto de comunidades autónomas.