El Banco Sabadell ha puesto en el mercado carteras de crédito de consumo por valor de 2.000 millones, según anunció ayer la entidad financiera que preside Josep Oliu. No obstante, se trata de paquetes de crédito de diferente calificación que se han puesto en el mercado por procedimientos distintos.

La entidad firmó ayer la constitución de Sabadell Consumo 1, un fondo de titulización de préstamos de consumo con titularidad de la misma entidad financiera con un valor neto contable de 1.000 millones de euros, y un tipo de interés medio de 7, 4% en la fecha de cesión, así como una vida media de dos años aproximadamente.

La totalidad de los bonos de titulización serán suscritos por inversores institucionales, nacionales e internacionales después de un proceso de reserva en el que la demanda ha excedido la oferta en más de tres veces. Según puso de manifiesto el banco, esta operación generará una plusvalía de cerca de 80 millones de euros antes de impuestos, y por otro lado también supondrá un impacto positivo total en el ratio de capital Common Equity Tier 1 (fully loaded) de 10 puntos básicos.

COBRO POR ADELANTADO / El cierre, sujeto a la suscripción y desembolso de los bonos de titulización, supondrá la baja en balance de estos préstamos, con la consiguiente liberación de los activos ponderados por riesgo. Mediante la titulización de estos créditos, que están activos --no son fallidos-- el Banco Sabadell se garantiza el cobro por adelantado mediante su venta. No obstante, se reserva la gestión de los préstamos. Es decir, el cobro de nominal e intereses a los clientes y se encargará posteriormente de la liquidación con el comprador.

El banco, además, ha puesto a la venta una cartera de préstamos de consumo impagados concedidos a pymes y a particulares con un valor cercano a los 900 millones. Se trata de préstamos sin garantías inmobiliarias procedentes del propio banco y de la CAM, que están provisionados. La intención del banco es cerrar la operación antes de finales de año, para seguir limpiando el balance.

Se trata de un último paquete de créditos que el banco vende tras desprenderse de cerca de 12.000 millones en activos improductivos.