Todavía no se sabe qué alcance puede tener la tormenta financiera provocada por la crisis de las hipotecas de alto riesgo en Estados Unidos, que se ha cobrado ya la suspensión de pagos de varios bancos estadounidenses y problemas en algunos de los mayores de Europa, y hay discrepancias entre los informes de las entidades bancarias y las opiniones de los analistas.

Los primeros, junto con las instituciones --empezando por el Fondo Monetario Internacional y siguiendo por los diferentes gobiernos-- insisten en que es una situación muy centrada en una sola actividad económica que no tendrá repercusiones a largo plazo ni cuestionará los fundamentos de una economía que empezaba a tirar con fuerza.

Por contra, muchos analistas dan por hecho que el negocio hipotecario en general, y no solo el de alto riesgo, actuará ahora con mucha más cautela y los beneficios obtenidos por la banca por esta actividad van a disminuir, como destacaba a France Press Cyril Regnat, estratega de Natixis, quien añadía que "no se trata de una crisis del sistema".

EL TRATO DE LA PRENSA Otra señal de desconcierto que ha provocado esta crisis ha sido el trato que le ha dado la prensa mundial. Aunque en todos los países hay coincidencia en la gravedad de la situación, cuya mejor demostración, destacan, fue la inyección de 236.000 millones de euros al mercado en dos días por parte de diferentes autoridades monetarias para asegurar la liquidez. El anuncio provocó sendas caídas de las bolsas mundiales el jueves y el viernes pasado. Pero la determinación de las autoridades de actuar ante esta crisis acabó haciendo reaccionar en positivo a la bolsa de Wall Street el mismo viernes a última hora, y cerró casi en positivo.

Mañana habrá que ver si el resto de bolsas mundiales reaccionan como la de Nueva York o, por el contrario, se dejan arrastrar por el pesimismo de noticias como la del mismo viernes de la suspensión de pagos de Homebanc, otro gran banco hipotecario estadounidense.