Los bancos españoles dieron ayer impulso al Ibex 35 en una sesión que fue de menos a más y terminó con una revalorización del principal indicador del mercado del 3,87%, hasta los 9.987 puntos. En dos días el selectivo se ha revalorizado más del 6%. La bolsa española se destacó del resto de parquets europeos.

Los principales beneficiados por la entrada de dinero en el mercado fueron los bancos. Las seis instituciones financieras que cotizan en el bancarizado indicador registraron ganancias que fueron superiores al 6%. Destacó el Banco Popular, con una revalorización del 9,3%. Los bajos precios en los que cotizan las firmas bancarias facilitaron, asimismo, el rebote.

Por otro lado, la rentabilidad de la deuda española a largo plazo bajó una centésima y se situó en el 4,654%, en tanto que el efectivo negociado en el mercado continuo se situó en 4.300 millones.

Fuentes del mercado apuntaron la posibilidad de que se hayan filtrado ya parte de los resultados de los tests de resistencia. Estos análisis sobre la solvencia y liquidez de las entidades dejan en buen lugar a los bancos y entidades españoles, como ya avanzó la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Economía, Elena Salgado, hace unos días.

Junto con el buen momento del sector financiero, también cayó bien entre los inversores el resultado de la subasta de deuda portuguesa, al tiempo que se esperan buenas noticias de la comparecencia de hoy del presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet.

Quedó abierta la duda de la prima de riesgo de la economía española, medida por el diferencial con el bono alemán. Y es que ayer subió hasta los 213 puntos básicos, cerca de los máximos de 224. Fue la única pieza que no acabó de encajar en el puzzle alcista de la jornada. Con todo, entre el rebote técnico y los cambios de fondos, algunos analistas se inclinan por la idea de que se despejan ciertas incertidumbres.