"La gran amenaza para los bancos son las 'big tech'" (las compañías tecnológicas, tipo Apple, Google, Facebok, Amazon y Samsung). Cualquier banquero que se precie de contar algo en el sector sostiene este discurso en público. Son la gran amenaza para la banca. Y eso que cuando a las compañías tecnológicas se les pregunta por su interés en convertirse en entidad de depósito suelen decir con sospechosa unanimidad: "No hay planes de convertirnos en un banco, ni actuar como tal. Nosotros trabajamos con los bancos para que ofrezcan un servicio a los usuarios facilitándoles los pagos, ofertas en comercios donde se pague con Google Pay, tener todos tus gastos en una misma app etc", afirman fuentes de la gran tecnológica californiana. Para entendernos: Las 'big tech' no quieren ser un banco, simplemente quieren (operar con) tu dinero.

Operar con una ficha bancaria tiene sus inconvenientes. El más importante es que como banco, cualquier entidad tiene la obligación de someterse a la regulación que fija el Banco Central Europeo (BCE), y a mantener uno niveles de solvencia que no se exigen en otros sectores. El sector financiero acusa a las grandes tecnológicas de volar por debajo del radar de la Competencia europea y exigen que se les aplique "la misma regulación que a los bancos sistémicos". Ponen de manifiesto que el modelo de negocio de las plataformas digitales de ofrecer servicios gratis para monetizar el valor de datos en la venta de otros productos y publicidad no sería permitido en un sector regulado.

Así que los bancos centrales más importantes de Europa están discutiendo si supervisar más de cerca a las grandes 'tech' en respuesta a los recientes movimientos hacia los servicios financieros por parte de grupos como Amazon y Google. Olli Rehn, gobernador del banco central de Finlandia y miembro del consejo de gobierno del Banco Central Europeo, ha dicho recientemente que el problema de la invasión de la tecnología en el sector financiero había provocado "una discusión muy animada entre los supervisores financieros y los bancos centrales en Europa", informaba recientemente Financial Times.

LAS DIFERENTES REGLAS DEL JUEGO

¿Por qué tanta preocupación? No es difícil de entender, la historia es conocida, basta con recordar lo que ha ocurrido en el sector turístico-hotelero con Airbnb o en el de la movilidad con Uber, y la disputa competencial generada entre esos actores de la nueva economía con los de siempre sobre las diferentes reglas de juego con las que deben enfrentarse unos y otros para llegar a los mismos consumidores.

Facebook y Amazon tiene licencia en Europa como entidad de pago y Google (que ya tenía una emitida por el Reino Unido) acaba de conseguir otra por duplicado: una de Lituania y otra de Irlanda para operar es esos países y en la UE. La situación del 'brexit' llevó al la 'big tech' a solicitar licencias en los dos países, solo que Lituania, paraíso de las licencias 'fintech' en Europa, se adelantó en la tramitación casi un mes.

¿Qué se puede hacer con esa licencias? Transferencias, procesar recibos, pagos con tarjeta e incluso facilitar financiación a los clientes. Lo que no se puede, porque para ello se necesita una ficha bancaria, es captar depósitos de los clientes. Todas las 'big tech' han creado su sistema de pago, aunque lo importante para los bancos es que, el dinero que se mueve con plataformas permanece en una cuenta de una entidad de depósito. Aunque lo que realmente interesa a las tecnológicas -también a los bancos, por supuesto-- es la información que generan esos pagos. "Si tengo la fotografía de los pagos que realiza una persona, puedo empezar a construir un perfil que me permiten hacerle ofertas más ajustadas", comenta fuentes bancarias.

MODELO DE NEGOCIO

Además, el modelo de negocio de las plataformas digitales es ofrecer servicios gratuitos, por los que los bancos sí cobran, para monetizar la información del cliente mediante la venta de productos y publicidad. Para la competencia financiera, estas prácticas son 'dumping' y escapan a la regulación. "Además, lo relevante es la capacidad que tienen de monopolizar los sectores en los que se implican, ¿qué 'retailer' (cadena minorista) vende más que Amazon en este momento?", se preguntan fuentes financieras. Incluso -prosiguen-, ahora hay productos marca Amazon. "Si tengo la información de quién compra el producto, cuánto paga y cuál es proveedor, la 'big tech' puede buscarse un proveedor propio para hacer el producto al precio que necesita y venderlo directamente sin intermediarios. Y eso vale para cualquier tipo de producto", agregan.