Bankinter rompió ayer un tabú, al cifrar en el 3,7% sus activos "dañados", frente al 11,5% del conjunto del sistema financiero. Para hacer el cálculo, sumó a la morosidad las provisiones subestándar (para créditos que no han entrado en mora, pero que lo van a hacer a corto y/o medio plazo) y los adjudicados (activos tomados en prenda para liquidar un préstamo).

Se trata de un cálculo que han hecho muchos analistas económicos, pero que ha recibido muchas críticas de las entidades españolas por sumar a los impagos prácticas con las que se trata de evitar su impacto. "Reflejan la realidad. Y, además, no hemos puesto las refinanciaciones", argumentó Jaime Echegoyen, consejero delegado de la entidad.

Bankinter ganó 65,84 millones en el primer trimestre, el 5% menos que hace un año, por las mayores provisiones. Su morosidad subió al 2,56%, una décima más que en diciembre, pero menos de la mitad que el sector. Echegoyen juzgó "suicida" la guerra por los depósitos desatada en la banca.