"Quizás quiso decir: mujeres vaqueras", sugiere la página de internet de Google cuando uno trata de buscar información sobre la presencia femenina en la banca. Toda una prueba de que las altas cumbres del poder financiero les siguen estando vetadas. De hecho, solo 11 mujeres ocupan cargos ejecutivos en el sector bancario español. Por ponerlo en perspectiva, representan un ínfimo 1,02% del total de puestos de alta dirección de las entidades.

Ni siquiera de pica en Flandes se puede calificar tan pequeña participación en los grupos financieros que controlan el flujo del crédito y el pulso económico del país. Como se ve, el caso de Ana Patricia Botín, que hace unos días ascendió de la presidencia de Banesto al cargo de consejera delegada de la filial británica del Santander, es absolutamente excepcional.

LA CUARTA MAS PODEROSA Si la sucesión de su padre, Emilio Botín, fuese objeto de envite en las casas de apuestas, la candidatura de la ejecutiva sería la peor remunerada en caso de acierto por obvia. Es más, la ejecutiva es ya la cuarta banquera más poderosa del mundo según la revista Fortune , solamente por detrás de Heidi Miller (JPMorgan Britain), Annika Falkengren (el sueco SEB), y Chanda Kochhar (ICICI Bank, de la India).

Pero incluso si la quiniela más evidente se confirmase, el caso de Ana Patricia Botín --que cuando llegó a Banesto pidió que le llamaran presidente, en lugar de presidenta, aunque ambas denominaciones son aceptadas por la Real Academia Española-- sería un grano en un pajar.

NOMBRAMIENTO EN BANKINTER La única mujer que ocupa un cargo de responsabilidad mínimamente comparable al de Ana Patricia Botín es María Dolores Dancausa, que fue nombrada hace unas semanas consejera delegada de Bankinter en sustitución de Jaime Echegoyen. La ejecutiva, hermana de la concejala del Ayuntamiento de Madrid Concepción Dancausa (PP), desempeñó desde el 2008 y hasta la fecha el mismo puesto en Línea Directa, la filial aseguradora del banco.

Dancausa ha contado con la confianza de Jaime Botín, hermano de Emilio y principal accionista de la entidad. Eso sí, Jaime Botín ha aupado a la vicepresidencia de la entidad financiera a su hijo, Alfonso Botín, y le ha conferido importantes funciones ejecutivas que incluyen riesgos y estrategia, que hasta ahora concentraba Echegoyen. Aparte de estos dos casos, el resto de banqueras españolas ocupan lugares en la segunda fila del mando.

En Banesto, destaca Mónica López-Monis, nombrada secretaria del consejo --un cargo de gran importancia interna-- en el 2009. También un puesto relevante es el que ocupa la cordobesa María José García Beato, tiene el cargo de secretaria general del Banc Sabadell, quien tiene como segunda a otra mujer, Blanca Montero Corominas.

ALGUNAS EXCEPCIONES En el Santander, además de Botín, figura Magda Salarich como directora de financiación al consumo, la única mujer con un área de negocio comercial asignada a su cargo en el sector de la banca española. Por su proximidad a la cúpula, también resalta Elisa Durán, adjunta al presidente de La Caixa, lo que le convierte en persona de confianza de Isidre Fainé.

Un caso aparte es el del Banco Pastor, donde cuatro de los ocho puestos de alta dirección son desempeñados por mujeres: la directora de riesgos Ana Peralta, la del área financiera Gloria Hernández, y las subdirectoras Yolanda García y Susana Quintás. Sin embargo, hay otras entidades, como el Banco Popular y el BBVA, se sitúan en el extremo contrario al no tener a ni una sola mujer en sus respectivas cúpulas directivas.