Tanto en la economía como en el periodismo --y, en realidad, seguramente en cualquier otro gremio y ámbito de actividad-- existen lugares comunes que hacen fortuna. Frases hechas de las que, aun teniendo sentido a veces su uso, se abusa. En la confluencia de estas dos áreas, el periodismo económico, una con gran predicamento es la de la barrera psicológica.

Un concepto un poco vago, pues se antoja subjetivo y personal en tanto que depende de la psicología de cada cual. Pero bueno, los mercados parecen pender siempre más de los estados de ánimo de los inversores que de decisiones racionales, así que no está de más echar mano de ese lugar tan socorrido.

Ayer, de hecho, se rompieron dos barreras psicológicas, y además en el sentido que convenía a la economía española. La prima de riesgo --diferencia de rentabilidad entre el bono español a diez años y el alemán de referencia en la compraventa entre inversores privados, indicador del riesgo de impago percibido por el mercado-- se redujo hasta los 199 puntos básicos, con lo que por primera vez desde noviembre cerró por debajo de los 200 puntos básicos.

Además, el Ibex 35 rompió la barrera de los 10.900 puntos y, merced a una subida del 1,5%, alcanzó los 10.967,9 puntos. No es mala cosa, pero sigue sin romper los 11.000 puntos, un nivel que no supera desde abril.

¿Campanas a tañer? Tampoco es eso. Primero habrá que ver cómo se resuelve la cuestión de las cajas de ahorro y comprobar si son capaces de convencer a los inversores de que les den todo el capital que el Gobierno les exige. El Sabadell ha dado una buena señal, al ampliar capital en un 10%, en una operación muy rápida (se cubrió en horas) y con una gran demanda (casi dobló la oferta), si bien, como es habitual en estas operaciones, ayer fue penalizado en bolsa. Pero, claro, la mayoría de las cajas lo van a tener más difícil.

También inquieta el impacto que puedan tener los conflictos del norte de Africa en los países productores de petróleo. De momento, el barril sigue por encima de los 100 dólares, con el riesgo de inflación que ello supone. Inflación, sí, eso que el Banco Central Europeo (BCE) tiene la obligación de vigilar subiendo los tipos oficiales de interés.

Si la economía logra superar estos dos escollos, bien podría la bolsa seguir al alza con fuerza a medio plazo, aunque no es descartable alguna corrección a corto plazo. De momento, la barrera psicológica más inmediata son los 11.000 puntos.