Entre los países de la Unión Europea (UE) existe un "creciente consenso" para endurecer la regulación de las agencias financieras de calificación (rating), ha anunciado el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso. Al mismo tiempo, la agencia norteamericana Moody's ha vuelto a degradar de nuevo la solvencia de entidades financieras portuguesas, sin inmutarse en lo más mínimo por las duras críticas europeas por sus ataques a la credibilidad de las finanzas de Portugal basándose en meras especulaciones. La Comisión Europea, ha reiterado Barroso, presentará "en otoño" una propuesta de reforma para endurecer la normativa actual, que está resultando insuficiente. El comisario de Mercado Interior, Michel Barnier, se ha fijado como objetivo presentar ese proyecto en noviembre, una vez haya completado el estudio de impacto de la medida, según han indicado a este diario sus colaboradores. Barroso ha respaldado la idea de crear una agencia de rating europea independiente y privada para contrarrestar el actual oligopolio de las tres grandes agencias anglosajonas: Standard and Poor's, Moody's y Fitch, que mantienen una actitud hostil hacia la zona euro. "En Europa hay experiencia sobre este tema y algunos actores están pensando en crear una agencia o varias", ha señalado Barroso sin dar más detalles. "Cuando se produce un oligopolio, existe la tendencia a abusar de la situación o de manipular el mercado", ha precisado Barroso, criticando de nuevo el comportamiento reciente de las agencias de rating hacia los países de la zona euro, con degradaciones abruptas y brutales de la deuda de Grecia y Portugal y cuestionando los planes de rescate de esos países. Las agencias de rating, ha subrayado Barroso, son "jugadores del mercado", que "exageran" y sobredimensionan la situación en los mercados internacionales. El presidente del Ejecutivo comunitario ya había acusado el pasado miércoles a las agencias de "especular" en los mercados con sus valoraciones de la deuda. Barroso, que ahora se muestra crítico con las agencias, en especial tras los ataques contra su país de Moody's, se negó durante su primer mandato al frente de la Comisión Europea a regular esas agencias hasta que la primera normativa le fue impuesta por el Parlamento Europeo.