La reestructuración del sistema financiero no consiste en un proceso de prescindibles ayudas encubiertas a la banca, sino en una condición "no suficiente, pero necesaria" para que se consolide la recuperación económica. Así lo defendió ayer el presidente del BBVA, Francisco González, quien se sumó así al creciente coro de voces que piden mano dura a las autoridades en la reordenación de las cajas de ahorro.

El argumento principal del ejecutivo es que "no habrá crecimiento" económico hasta que el sector esté estabilizado. "Solo un sistema financiero formado por entidades solventes, rentables y sujetas a controles apropiados, que den cuenta a alguien objetivo como el mercado de lo que están haciendo, puede proporcionar a las familias y empresas el crédito necesario para apoyar el crecimiento", esgrimió.

La mención del mercado es una clara referencia a las cajas, ya que están menos sometidas a este que los bancos salvo casos concretos. Aunque no lo dijo claramente, abrió así la puerta a algún mecanismo de privatización de las entidades de ahorro.

CONTRADICCION González lanzó un mensaje algo contradictorio en la junta de accionistas del banco, celebrada ayer en Bilbao. Pese a defender que el saneamiento de las cajas es necesario para que fluya el crédito, mantuvo que "no hay demanda" de préstamos por parte de empresas y familias.

Lo expuso para defender que el BBVA no ha cortado el grifo de los préstamos y sigue aceptando casi el 75% de las peticiones de crédito. El banco, destacó, desea que la demanda se recupere "lo antes posible", porque tiene solidez suficiente para atenderla.

El presidente no se limitó a reclamar la reforma financiera. España, recordó, va a ser la única economía avanzada que continuará en recesión en el 2010. Y tiene un modelo de crecimiento "superado", basado en la construcción y en el elevado endeudamiento con el exterior, que va a provocar que la recuperación sea más lenta que en otros países. Así las cosas, sostuvo, es necesario abordar estos problemas con urgencia. "España ha tenido una gran credibilidad durante largo tiempo y no podemos perderla, porque son quienes nos financian", advirtió.

CAMBIOS Para evitarlo, juzgó imprescindible abordar reformas estructurales de calado que mejoren la competencia e impulsen el crecimiento, entre las que citó las de la educación, la energía y el mercado de trabajo. Al mismo nivel, reclamó un proceso "creíble y sostenido" de saneamiento de las finanzas del conjunto de las administraciones. Es imprescindible, dijo, que el mercado entienda las medidas que se adopten. González no fue mucho más optimista sobre la situación de la economía mundial en el 2010, un año que será "complejo y difícil".

Se mostró preocupado porque las ayudas públicas a muchas entidades han creado un terreno de juego financiero que no es igual para todos los grandes bancos mundiales. "Es importante que las entidades inviables sin ayudas públicas sean cuanto antes reestructuradas y adjudicadas, en un proceso público y transparente, a los agentes privados más sólidos", sostuvo.

El consejero delegado, Angel Cano, afirmó que la solidez del banco en España le va a permitir aprovechar las "oportunidades" de negocio que surjan de la reestructuración del sector.