El BBVA comenzará a cobrar en enero una comisión de dos euros por las retiradas de efectivo en ventanilla que tengan un importe inferior o igual a 2.000 euros. La comisión se cargará en la cuenta desde la que se realice la retirada. Las operaciones que superen los 2.000 euros no tendrán coste, según ha informado la entidad en una carta de información a sus clientes sobre actualización de tarifas.

El banco, asimismo, les ha anunciado un endurecimiento de los requisitos de su cuenta nómina para los titulares mayores de 29 años, que entrará en vigor el próximo 15 de diciembre. El importe mínimo del sueldo o de los ingresos domiciliados para evitar las comisiones de mantenimiento de cuenta pasará de 600 a 800 euros. Además, los clientes tendrán que tener domiciliado el pago de cinco recibos o realizar al menos siete movimientos con la tarjeta de crédito, ya que las de débito dejarán de computar para obtener estos beneficios.

A los clientes con edades comprendidas entre los 21 y 29 años, se les exigirá realizar siete compras en cuatro meses con la tarjeta de crédito para evitar comisiones, a menos que tengan la 'Cuenta Joven', que no tiene tarifas adicionales. Los menores de 21 años continuarán exentos de pagar cualquier cargo.

TRANSFERENCIAS EN LA OFICINA

También a partir del 15 de diciembre, el BBVA modificará la tarifa estándar aplicable a las transferencias individuales con abono al día siguiente hábil realizadas desde una oficina, que situará en el 0,4%, con una comisión mínima de 6 euros. En el caso de las transferencias inmediatas, la comisión será del 0,5% y un mínimo de ocho euros, mientras que en las transferencias urgentes (órdenes de movimiento de fondos) será también del 0,5% pero con un mínimo de 15 euros.

Las transferencias 'online' -a través de su página web, su app para el móvil o en los cajeros- no sufrirán ningún cambio en sus condiciones, de modo que se mantendrán gratuitas en el caso de las de abono al día siguiente y la comisión continuará en 1,25 euros en el caso de las inmediatas.

Este endurecimiento de los requisitos llega justo un año después de que BBVA requiriera una mayor vinculación de sus clientes para acceder a diferentes beneficios asociados a sus cuentas. La rentabilidad del sector continúa en mínimos por el impacto de los tipos de interés en negativo, acusada en los últimos meses por la crisis derivada del coronavirus.