Aunque la legislación española establece que el propietario de un 6,25% del capital de un banco tiene derecho a exigir un puesto en su consejo de administración, el BBVA no está dispuesto a ceder ninguna de las vocalías a Sacyr-Vallehermoso en el supuesto de que alcance ese porcentaje de sus acciones.

En medios próximos al banco vasco se aseguraba ayer que las características que rodean el intento de Sacyr por entrar en su capital animan a la dirección a impedir por todos los medios la incorporación de la constructora al consejo. "Adquirir el 6,25% del capital es condición necesaria, pero no suficiente para tener presencia en el máximo órgano ejecutivo de la institución", subrayan las mismas fuentes.

Para empezar, dicen, el candidato debe estar suficientemente cualificado para el cargo. "Y no olvidemos que el reglamento del consejo del BBVA establece que al menos dos tercios de los consejeros deben ser independientes". Los conflictos de intereses y las incompatibilidades que los responsables del banco atisban tras la iniciativa de Sacyr dan argumentos suficientes a los hombres de Francisco González para resistirse a esa entrada con todos los medios a su alcance, incluso ante los tribunales de justicia. "El movimiento de una constructora tratando de hacerse con el control de un banco moderno, como es el BBVA, no se corresponde con estos tiempos, sino con los de un capitalismo decimonónico", aseguran las fuentes del BBVA consultadas.

La forma en que Luis del Rivero, presidente de Sacyr, presentó a José Ignacio Goirigolzarri, consejero delegado del BBVA, sus planes para aterrizar en el banco forman parte de unas circunstancias peculiares.

INTENCIONES OSCURAS Del Rivero habría tratado de poner a Goirigolzarri contra su presidente, Francisco González, ofreciéndole una vicepresidencia del banco. Sacyr tendría la segunda vicepresidencia --ahora no existe ninguna-- y cinco consejeros. En Sacyr, sin embargo, niegan que sus intenciones sean oscuras.