El consejo de gobierno del Banco Central Europeo (BCE) se rindió ayer ante las evidencias de debilidad económica en la eurozona y rebajó el precio oficial del dinero en medio punto porcentual, desde el 3,25% hasta el 2,75%. Los tipos se sitúan, así, un cuarto de punto por encima del mínimo histórico, alcanzado en abril de 1999 y 1,5 puntos sobre el nivel existente en EEUU (el 1,25%), tras el último recorte de la Reserva Federal. La de ayer es la sexta rebaja de tipos en la historia del BCE.

El acuerdo del banco, que no modificaba el precio del dinero desde noviembre del 2002, se ha ajustado finalmente a los pronósticos y exigencias de los mercados y de los círculos políticos y económicos europeos. La mayoría pedía una reducción de las tasas para apoyar la reactivación de la economía. Por el contrario, el grupo de países con la inflación más elevada, como es el caso de España (con una tasa del 4%, que casi duplica la media), Holanda, Irlanda o Portugal, se han mostrado contrarios a la medida.

PRESIONES

La banca y los empresarios de Alemania y Francia exigían cada vez con mayor insistencia una rebaja de las tasas, a la vista de cómo disminuían las ventas del comercio minorista y aumentaba el paro.

La situación llevó a la propia Comisión Europea a ejercer presión sobre el BCE, en consideración al bajo índice de crecimiento económico de la eurozona. La decisión del banco se vio forzada también por los problemas de la economía alemana, que supone la tercera parte de la economía de la eurozona, y que se ve amenazada por un riesgo de deflación (caída sostenida de precios).

La banca y la patronal alemanas recibieron con satisfacción la medida del BCE y pidieron que la clase política no desaproveche la oportunidad para tomar medidas que incentiven la economía.

El presidente del BCE, Wim Duisenberg, argumentó ayer que la medida debe servir para mejorar las perspectivas económicas europeas, pero destacó que persisten los "riesgos de ralentización del crecimiento".

La decisión del BCE complica los problemas inflacionistas de España. Según el Consejo Superior de Cámaras de Comercio, la medida puede generar mayores efectos sobre la inflación que sobre el nivel de actividad.