Christine Lagarde, la nueva presidenta del Banco Central Europeo (BCE), anunció ayer en Fráncfort que «en un futuro próximo» acometerá una revisión estratégica de la política monetaria del BCE. Durante su intervención en el Congreso de Banca Europea 2019, Lagarde expresó su compromiso de continuidad con la «política acomodaticia» (bajos tipos de interés y compra de deuda) llevada a cabo por el BCE durante el mandato de su antecesor, Mario Draghi, si bien anunció que esta «se someterá a una revisión estratégica que comenzará en un futuro próximo».

Según la responsable del regulador monetario del euro, «la política acomodaticia del BCE ha sido un impulsor clave de la demanda interna durante la recuperación, y esa postura se mantiene». La orientación futura del BCE «continuará apoyando la economía y responderá a los riesgos futuros de acuerdo con nuestro mandato de estabilidad de precios»; ahora bien, se vigilarán de cerca los «efectos secundarios» vinculados a esta política monetaria acomodaticia.

No detalló cuáles son estos, pero en el lenguaje habitual del Banco Central Europeo la expresión «efectos secundarios» se refiere, entre otras cuestiones, a los perjuicios que podrían estar sufriendo los balances de las entidades financieras como consecuencia de los tipos negativos del -0,5% que el BCE aplica a sus depósitos en el banco central.

RESPALDOS / «Vamos a seguir monitorizando muy de cerca los efectos secundarios de nuestras políticas», dijo la presidenta Lagarde. «Pero está claro que la política monetaria podría alcanzar su objetivo más rápido y con menos efectos secundarios si otras políticas respaldaran el crecimiento junto con él», añadió, colocando así la pelota en el tejado de los Gobiernos de los estados miembros.

En su opinión, un elemento clave es la política fiscal de la zona del euro.

«No se trata solo de la postura agregada del gasto público, sino también de su composición», lo que significa que la inversión es una parte particularmente importante de la respuesta a los desafíos de hoy, «porque es tanto la demanda de hoy como la oferta de mañana», incidió.

EL FUTURO / La exdirectora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) señaló la necesidad de «invertir en un futuro común más productivo, más digital y más verde». Así, recordó que la inversión pública de la zona euro se mantiene por debajo de los niveles anteriores a la crisis, con caídas en la inversión productiva, mientras que surgen nuevas necesidades de inversión. «Incluso cuando los gobiernos necesitan consolidar sus cuentas, tenemos un interés común en mantener niveles suficientes de inversión pública», recomendó en el Congreso de Banca Europea 2019.

Lagarde añadió que una economía doméstica más fuerte también depende de una mayor inversión empresarial, para lo que es importante elevar la productividad, puesto que las firmas necesitan confiar en el crecimiento futuro si van a comprometer capital a largo plazo.

La banquera subrayó la importancia de que la zona euro gane protagonismo para lo que ha instado a completar el mercado único digital, la unión del mercado de capitales y el mercado único del sector servicios, lo que supone también culminar la unión económica y monetaria.