El Banco Central Europeo (BCE) ha decidido poner las cosas más díficiles a los bancos y entidades financieras en dificultades. A partir de mañana, entrará en vigor una reforma de la normativa interna del banco central para prestar dinero a los bancos de la zona euro, que endurece el acceso al crédito por parte de estas entidades.

La medida se produce tras detectar el organismo responsable de la política monetaria en la zona del euro que algunas entidades recurrían como norma para financiarse a los préstamos del BCE en lugar de a los mercados. Entre las novedades destaca que se restringe la lista de activos que los bancos podrán usar como garantía para los préstamos, así como una mayor claridad sobre los supuestos en los que el BCE podrá denegar el acceso a la financiación. Incluso se prevé la posibilidad de que el banco central actúe contra las entidades que, por sus problemas de liquidez, se hayan convertido en dependientes de los recursos del BCE.

Además de Irlanda, los bancos con mayores problemas de liquidez se encuentran en la zona sur de Europa, como España, Portugal o Grecia. El BCE pretende volver paultinamente a la situación anterior a la caída del banco de inversión de EEUU Lehman Brothers. Desde entonces, en septiembre del 2008, estableció medidas expecionales para evitar el ahogo financiero de los bancos y las cajas ante el cierre de los mercados para su financiación.