El Banco Central Europeo (BCE) no está satisfecho con el nuevo sistema de supervisión financiera pactado por los ministros de Economía y Finanzas de la UE, y no lo oculta. El presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, afirmó ayer ante el Parlamento Europeo que ese mecanismo "no es la mejor solución". Trichet reconoció que el BCE hubiera querido un poder de supervisión de los bancos presentes en más de un país y poder actuar de árbitro entre las autoridades nacionales en caso de discrepancias.

El sistema pactado por los Veintisiete mantiene el poder de supervisión en la autoridad nacional del país del banco matriz. La suavización del proyecto para contentar a Gran Bretaña limitará enormemente el poder de la nueva Autoridad Bancaria Europea para imponer medidas a un país en el caso de un banco en dificultades o para poder corregir una actitud demasiado laxa de las autoridades nacionales.

EDULCORADO "No corresponde a nuestra solución ideal", lamentó Trichet. El nuevo sistema aún debe ser aprobado por la Eurocámara. Los principales grupos políticos han criticado el pacto de los Veintisiete porque "edulcora" el mecanismo.

Trichet considera que la UE debe dotarse de nuevas herramientas para que las autoridades puedan intervenir de forma efectiva para evitar la quiebra de una entidad financiera importante antes de que propague la crisis al sistema financiero.

Los bancos, advirtió Trichet en la Eurocámara, deben renunciar a las prácticas que condujeron a la crisis porque nadie aceptaría que volviera a recurrirse al dinero público para salvarlos de nuevos problemas. Irlanda, Gran Bretaña y Alemania son los países que más han tenido que ayudar a la banca, según la Comisión Europea.

El BCE, indicó Trichet, comenzará a eliminar de forma gradual sus medidas de apoyo financiero a los bancos, porque la situación ya no es la misma que en el punto álgido de la crisis y porque "hay que evitar que los bancos dependan demasiado de esa financiación".

CONTRA LA CRISIS A preguntas de los eurodiputados, Trichet reiteró que el BCE adopta una política de tipos de interés para el conjunto de la eurozona, no para un país concreto, como España, que puede quedar rezagado de la recuperación. Trichet indicó que el actual tipo de interés del 1% es el "adecuado".

Los gobiernos europeos, destacó el presidente del BCE, tienen una amplia variedad de instrumentos para luchar contra la crisis financiera y fortalecer el crecimiento, como la política presupuestaria y las reformas económicas y laborales.