El Banco Central Europeo decidió ayer mantener el precio oficial del dinero en el 4%, desoyendo así las últimas presiones para un recorte de los tipos de interés, provenientes del Fondo Monetario Internacional (FMI). El presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, explicó que la decisión se adoptó "por unanimidad", tras corroborar la existencia de fuertes presiones inflacionistas al alza en la zona euro, tanto en el corto como en el medio plazo, derivadas del petróleo, los alimentos y las negociaciones salariales.

Una vez más, Trichet recalcó que "la prioridad" del BCE es la estabilidad de precios y mantener la inflación "anclada" en el en torno del 2%. Este objetivo es, para el BCE, prioritario frente a la posibilidad de contribuir a la reactivación de la economía europea que, según su análisis, goza de "sólidos fundamentos".

Sin embargo, el FMI ha rebajado al 1,4% la previsión de crecimiento de la zona euro (desde el 2,6% registrado en el 2007) y ha instado al BCE a bajar los tipos para reactivar la economía.

Pero el BCE sigue en sus trece y ayer Trichet dijo que "no hay tiempo para la complacencia". En marzo, la inflación de la zona euro alcanzó el 3,5% y, según prevé el BCE, la tasa se mantendrá "significativamente por encima" del 2% en los próximos meses, para moderarse a finales de año y volver al 2% en 18 meses. Todo esto, seguramente, quiere decir que el BCE no bajará los tipos en un futuro próximo, al contrario de lo que ayer hizo el Banco de Inglaterra (del 5,25% al 5%) y de lo que ha hecho la Reserva Federal de EEUU que, desde agosto, ha bajado los tipos desde el 5,25% al 2,25%.

EURIBOR DEL 4,748% La primera consecuencia de tal disparidad de tipos de interés es la apreciación del euro ante el dólar, que ayer tuvo otro impulso. El tipo de cambio del euro subió a 1,5789 dólares, azuzado por un alza del precio del petróleo (109,98 dólares el barril de Brent). El euríbor bajó una milésima, hasta el 4,748%.

Trichet apuntó ayer que las incertidumbres son "elevadas" y que, en contra de lo que se preveía en diciembre del 2007, el mercado asume que el periodo de turbulencias será un proceso a largo plazo, cuyos efectos en la economía podrían ser "más amplios" de lo previsto.

Según expertos en macroeconomía, del informe del Fondo sobre España se concluye que "la crisis" durará "año y medio" y que el momento de menor crecimiento económico se producirá "en la primera mitad del 2009". Interpretando al FMI, la economía repuntará hasta el 4% en el 2013. Dado que los efectos del crecimiento llegan al empleo con cierto retraso, cabe pensar que el momento más duro en términos de paro o destrucción de empleo, podría situarse a finales del 2009.