El consejo de gobierno del Banco Central Europeo (BCE) decidió ayer mantener los tipos de interés en la eurozona en el 2%, tal como habían anticipado los mercados financieros. La institución europea mantuvo también la facilidad marginal de crédito, por la que presta dinero a las entidades, en el 3%, así como la facilidad de depósito, por la que remunera el dinero, con el 1%.

La mayoría de los expertos daban por seguro que el banco europeo dejaría ayer las tasas sin cambios, después de que en las últimas semanas varios miembros del consejo de gobierno de la entidad calificaran los tipos de adecuados para fomentar el crecimiento del área y recordaran que son históricamente bajos.

Además, la reciente publicación de cifras macroeconómicas favorables permite pensar que el BCE cuenta con una recuperación moderada de la economía del área en el segundo semestre.

El vicepresidente del BCE, Lucas Papademos, advirtió ayer de que es necesario que los países con desajustes fiscales apliquen una corrección de los déficits excesivos con el objetivo de reducirlos, como mínimo, el equivalente al 0,5% del PIB.

A pesar de las advertencias, Francia incumplirá en el 2004 el tope de déficit del pacto europeo de estabilidad por tercer año consecutivo, como consecuencia de la decisión del Gobierno de bajar de nuevo el impuesto sobre la renta (IRPF). El recorte gravará aún más los abultados números rojos de las finanzas públicas.