El consejo de gobierno del Banco Central Europeo (BCE) decidió hoy mantener los tipos de interés a corto plazo para la zona del euro en el 4 por ciento, informó la entidad. La institución europea dejó inalteradas también la facilidad marginal de crédito, por la que presta dinero a las entidades, en el 5 por ciento, y la facilidad de depósito, por la que remunera el dinero, en el 3 por ciento.

La mayoría de los expertos había pronosticado que el BCE no modificaría el precio del dinero este mes, sino que esperaría a ver qué efectos tiene en la economía la crisis de los mercados financieros y la falta de liquidez en el mercado de dinero de las últimas semanas. Los analistas prevén ahora que el BCE incrementará los tipos de forma moderada en octubre o noviembre si la situación financiera se normaliza en las próximas semanas, ya que, en su opinión, los datos económicos de la eurozona no han cambiado notablemente después de las turbulencias financieras y aún justifican una subida de las tasas.

Por ejemplo, la confianza empresarial en la eurozona permaneció en un nivel alto en agosto, pese a que bajó en un punto, hasta 110 unidades, y el número de desempleados se redujo en 27.000 personas en julio, con lo que la tasa de desempleo se mantuvo en el 6,9 por ciento, según datos de la oficina estadística europea Eurostat. Además, los mercados esperan que la inflación repunte en el último trimestre del año, tras haberse mantenido durante los últimos doce meses por debajo del máximo de referencia del BCE, que fija una tasa de inflación interanual "cercana, pero siempre por debajo del 2 por ciento" para salvaguardar la estabilidad de precios.

Los expertos del banco público alemán Helaba consideraron que "lo más probable" es que el presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, subraye en la rueda de prensa que ofrecerá a las 12.30 horas GMT que persisten los riesgos inflacionistas en la eurozona, "supuestamente también para señalizar normalidad", con lo que dejará la puerta abierta a más incrementos del precio del dinero.