Los buenos resultados no permiten bajar aún la guardia. Fue el mensaje que desprendieron ayer las palabras del presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean Claude-Trichet, al presentar el informe mensual de la institución en Fráncfort. Aunque en el BCE se reconoce un "fortalecimiento" de la economía de la eurozona en el segundo trimestre del 2010 y se dispone de cifras para el tercer trimestre "mejores de lo esperado", Trichet advirtió de que las previsiones siguen realizándose sobre un panorama con nubarrones: "Seguimos esperando que la economía de la Eurozona crezca a un paso moderado, aunque irregular, en un entorno de incertidumbre".

El presidente del BCE señaló las "renovadas tensiones en los mercados financieros" y las "presiones proteccionistas" como algunos de los factores que más pueden contribuir a esa incertidumbre. Además, recordó que se espera que la recuperación quede "amortiguada por el proceso de ajuste de balances de algunos sectores y las perspectivas del mercado laboral".

TIPOS ADECUADOS En vista de estos datos, el BCE decidió ayer mantener los tipos de interés en el 1% por decimosexto mes consecutivo. Los tipos se encuentran a un nivel "adecuado", dijo el presidente del emisor, que mantuvo así las previsiones de expertos y mercados, que no esperan una nueva subida hasta el primer semestre del próximo año.

El presidente del BCE tuvo también buenas palabras para los tests de resistencia de la banca realizados el mes pasado por el CEBS --el comité de supervisores bancarios europeo-- y que calificó de "exhaustivos y rigurosos". Las pruebas de resistencia realizadas por 91 instituciones europeas, expuso Trichet, "han aumentado de manera significativa la transparencia", y representan "un importante paso en la restauración de la confianza".

Aunque las condiciones generales mejoren y hayan aumentado los buenos indicadores, los responsables monetarios europeos consideran que no deben dar lugar a la "complacencia". Instó Trichet a los bancos a invertir en los mercados y mantenerse flexibles en la concesión de créditos. A los países de la zona euro les recordó que, para mantener el crecimiento, serán necesarias "reformas estructurales más profundas", especialmente en los países que hayan acusado pérdida de competitividad o con elevado déficit. Entre las medidas a aplicar, habló de flexibilizar los salarios.

Por su parte, el Banco de Inglaterra anunció ayer también su decisión de mantener los tipos de interés invariables, en su caso, en su mínimo histórico del 0,5%. El motivo para mantener el precio del dinero fue también el entorno de incertidumbre y el miedo a que el crecimiento del producto interior bruto (PIB) de los últimos meses --1,1% entre abril y junio-- no sea aún lo suficientemente estable.