Los apuros del Hypo Real Estate, Fortis y Dexia comenzaron a poner a prueba ayer el plan europeo contra la crisis financiera adoptado solemnemente la víspera por Francia, Alemania, Gran Bretaña e Italia, con el respaldo del Banco Central Europeo (BCE), el Eurogrupo y la Comisión Europea. Mientras Alemania se concentraba en evitar que la crisis del Hypo Real Estate contamine al resto del sector financiero alemán, las dificultades del banco bávaro agravaban la situación ya muy delicada del grupo bancario y asegurador francobelga Dexia. El troceamiento del grupo bancario y asegurador Fortis también ha desencadenado un clima de desconfianza entre belgas y holandeses y ha multiplicado las dificultades del Gobierno belga.

El primer ministro belga, Yves Leterme, negociaba anoche con el grupo francés BNP Paribas para garantizar la continuidad y solvencia de Fortis antes de la apertura, hoy, de los mercados financieros. Las negociaciones se orientaban hacia la adquisición del 80% del capital de Fortis por BNP Paribas, mientras el Estado belga mantendría una participación del 20% para proteger los intereses de los clientes.

DESCONFIANZA Las declaraciones del ministro holandés de Finanzas, Wouter Bos, de que la operación había permitido "salvar las partes sanas del banco de una posible contaminación de otras partes menos sanas", creó la sensación en Bélgica de que Holanda se desentendía del problema de Fortis reservándose los mejores activos.

Bos confirmó esa sospecha al afirmar que "muchos de los problemas del grupo Fortis están escondidos en la parte belga". La asociación flamenca de accionistas consideró que esas declaraciones eran la prueba de que Holanda había aprovechado la crisis para enriquecerse con lo mejor de Fortis. Dexia, por su parte, seguía pendiente de la operación de salvamento del Hypo Real Estate, porque la crisis del banco alemán puede generar al grupo unas pérdidas adicionales de cientos de millones de euros.

En este contexto, la presidencia francesa de la Unión Europea intentará hoy y mañana que los ministros de Economía de los demás países comunitarios asuman el plan de acción contra la crisis acordado en la minicumbre de París.