La segunda caja de ahorros catalana vivió en el 2006 un año de novedades y de consolidación. En un ejercicio que algunos banqueros consideran irrepetible, la institución financiera que preside Narcís Serra cerró su cuenta de resultados con un beneficio neto consolidado de 349,7 millones de euros, lo que supone un incremento del 29,8% si se compara con el 2005.

El pasado año fue el primero completo con Serra como presidente, y el primero en el que el grupo recuperó la política de expansión con la apertura de 81 nuevas oficinas en toda España.

La bonanza en el sector financiero se dejó notar en las cuentas de la caja catalana, que cerró con 49.918 millones de euros en recursos de clientes, 1.118 sucursales abiertas y más de 7.000 empleados en nómina. En el plano financiero, el margen de intermediación --que mide la diferencia entre el precio al se presta el dinero y se retribuye a los depositantes-- creció un 5,1%. El director general de la caja, Josep Maria Loza, justificó la situación por dos motivos: el crecimiento en crédito, que les obligó a buscar capital en los mercados y, en segundo lugar, las subidas de tipos de interés. Además, la venta de la participación que la entidad mantenía en Amena aportó 61 millones de plusvalía neta.