La compañía industrial alemana Siemens registró un beneficio, que incluye una pérdida de 300 millones de euros por operaciones interrumpidas, de 700 millones de euros, lejos de los 1.900 millones de euros obtenidos en el segundo trimestre del año fiscal de 2019, cuando además tuvieron lugar unos ingresos de 200 millones de euros procedentes de las operaciones interrumpidas, así como de una tasa impositiva más baja. La caída del resultado alcanza el 63% con respecto a las cifras alcanzadas en el primer trimestre del 2019. Como consecuencia, el beneficio por acción se redujo a 0,80 euros.

La compañía ha confirmado que no mantiene sus previsiones de resultados para este ejercicio. Joe Kaeser, presidente y consejero delegado de Siemens AG, ha destacado: “Hemos presentado un trimestre robusto dadas las graves circunstancias. Hemos sido capaces de mantener el plan temporal original para el 'spin-off' de nuestro negocio de energía. Esperamos que en el tercer trimestre de este año fiscal se produzca el punto de inflexión de esta crisis".

Los ingresos se mantienen

Los ingresos fueron de 14.200 millones de euros, casi al mismo nivel que el mismo trimestre del año pasado, ya que los incrementos en Siemens Healthineers y Mobility compensaron el descenso registrado en las industrias digitales. Por su parte, los pedidos disminuyeron un 8%, hasta 15.100 millones de euros, debido en gran parte a un volumen muy inferior de grandes órdenes en Siemens Mobility. En términos comparables, excluyendo la conversión de moneda y los efectos de cartera, los ingresos disminuyeron un 1% y los pedidos un 9% durante este periodo.

El ratio 'book to value' (que mide la relación entre los pedidos futuros y el balance actual y que es mejor cuanto más supera la unidad) se situó en 1,06 puntos, lo que confirma la robustez del negocio futuro de Siemens, a pesar de las complejas circunstancias económicas que ha impuesto la irrupción del covid-19 en la economía internacional.