El presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, ha afirmado que la recesión en EEUU ha finalizado. Pese a ello, considera que la recuperación de los niveles de crecimiento óptimos tardarán en producirse y que las tasas de crecimiento no pasarán de ser moderadas en el mejor de los casos. "Desde un punto de vista técnico, la recesión está muy próxima a su fin", ha dicho Bernanke ante las preguntas de los periodistas en un acto en Washington, pero ha añadido que en opinión de la mayoría de los analistas "el ritmo de crecimiento en el 2010 será moderado".

Pese a ese mensaje de tranquilidad, el presidente de la Reserva Federal, el equivalente a un banco central de EEUU, ha pedido acciones "urgentes" para subsanar las debilidades "estructurales" del marco regulador, de forma que no se repita una crisis como la actual. Cuando se cumple un año de la bancarrota del banco de inversiones Lehman Brothers, el anuncio de Bernanke viene a tranquilizar a los mercados, ávidos de buenas noticias. Tras una contracción drástica de la economía en el último año, las perspectivas de crecimiento "parecen ser buenas", según Bernanke.

Ante todo, prudencia

El mensaje de tranqulidad de Bernanke va aparejado a otros más prudentes. "Persisten tensiones en muchos mercados financieros en todo el mundo, las instituciones financieras afrontan pérdidas adicionales significativas y muchas empresas y hogares siguen experimentando una dificultad considerable para acceder al crédito", ha dicho Bernanke. Por ello, el jefe de la Fed concluyó que la recuperación probablemente sea "relativamente lenta al principio y el desempleo sólo bajará gradualmente" en Estados Unidos.

En su opinión, es necesario tomar medidas urgentes y reformar la normativa financiera, propuesta que ya hizo ayer el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en un discurso en Wall Street. "Debemos abordar de forma urgente las debilidades estructurales del sistema financiero, en particular en el marco regulador, para garantizar que no sufrimos de nuevo los costes enormes de los últimos dos años", mantiene Bernanke. A su juicio, la situación actual demuestra el impacto "enorme" de una crisis bancaria sobre la economía y subraya que los transtornos financieros "no conocen fronteras".