"El día 28 de febrero pongo fin a 13 años y medio en la caja. Ha sido un placer". A pesar de la dura pugna que ha desembocado en su salida, Miguel Blesa, presidente de Caja Madrid, optó ayer por una salida elegante de la entidad. Pero se va también con el menor beneficio de todo su mandato. La caja ganó 265,8 millones de euros en el 2009, el 68,4% menos que en el ejercicio anterior y el menor resultado desde 1996. El ejecutivo defendió que podría haber cerrado el año con unas ganancias mayores, pero que ha preferido reforzar la caja frente a la morosidad ante un 2010 que puede hacer que se "eche de menos" a un 2009 que ya de por sí ha sido "para olvidar". Así, ha destinado 484 millones a provisiones voluntarias contra los impagos y ha ajustado a la baja el valor de algunos activos por otros 172 millones de euros. Blesa reconoció que hubiera estado "encantado" de seguir de presidente, pero evitó polemizar. "Solo tengo motivos de agradecimiento para los que me dieron su confianza en algún momento", contestó. Eso sí, sobre el comportamiento de los políticos en torno a Caja Madrid en los últimos meses, lanzó una pulla: "A veces te dan un abrazo y otras un empujón". Y sostuvo que la designación de su "buen amigo" Rodrigo Rato como su sustituto es una "magnífica elección".

Además, le dejó un recado. "La caja tiene que estar en el proceso de reestructuración del sector; lo tenemos estudiado al dedillo". Caja Madrid, reveló, tiene simulaciones hechas de cómo sería su unión con casi todas las cajas. Admitió que llegó a "tomarse en serio" hace tiempo fusionarse con La Caixa. Una operación que sería "magnífica", pero a la que no le ve "ninguna posibilidad".

También se refirió Blesa a Gerardo Díaz Ferrán, presidente de la patronal y de Air Comet, para afirmar que ha sido "muy desagradable" que este, que es consejero de la caja, dejase de pagar un préstamo de 26,5 millones. "Ha defraudado la confianza del consejo", apuntó.