La compañía estadounidense Boeing ha valorado en 1.000 millones de dólares (unos 900 millones de euros) el incremento de los costes de producción de su modelo 737 MAX, inmerso en una serie de pruebas para la actualización de su 'software', como consecuencia de los accidentes mortales de los pasados marzo y octubre.

Así lo ha asegurado el gigante aeronáutico en un documento a sus accionistas coincidiendo con la presentación de los resultados económicos del primer trimestre del año.

En estos resultados, Boeing anuncia unos beneficios en los tres primeros meses del año de 2.149 millones de dólares, lo que supone un 13% menos que en el mismo periodo de 2018, lastrado por las prohibiciones de los vuelos de aviones Boeing 737 Max 8 y 9 por los accidentes de Indonesia y Etiopía.

Además, sus ingresos trimestrales también cayeron un 2% de los 23.382 registrados entre enero y marzo de 2018 hasta los 22.917 millones de dólares del mismo periodo de este año.

La compañía asegura que estos resultados reflejan las "menores entregas de modelos 737", aunque precisa que se vio "parcialmente compensado por un mayor volumen en (los apartados) de defensa y servicios".

Asimismo, insiste en que "Boeing está haciendo un progreso constante en el camino hacia una certificación final para una actualización de software para el 737 MAX, con más de 135 vuelos de prueba y producción de la actualización de software completa".