Aunque el Ibex 35 se creó como índice 1992, se calcula desde 1988, gracias a una estimación que se realizó con posterioridad. Pero desde ninguna de esas dos fechas, el principal indicador de la bolsa española registra una caída mayor que la del infausto año del 2008. Las pérdidas del 39,43% con las que cierra el ejercicio no tienen parangón en la historia de la bolsa española. Habría que remontarse a los tres años que duró la crisis tecnológica entre el 2000 y el 2002 para sumar un descenso mayor.

El annus horribilis de la renta variable española no es singular. Víctimas de una crisis global del crédito, todos los mercados bursátiles han experimentado en sus carnes los efectos del terremoto financiero que ha asolado la economía mundial. Las bolsas europeas suman pérdidas por encima del 30%. Desde el 31,9% del FTSE 100 de Londres, hasta el 42% del CAC de París, para los que no es fácil encontrar precedentes más allá de la segunda guerra mundial. En este entorno tan poco favorable, el Ibex 35 cierra el 2008 en los 9,195 puntos, el 1,8% por encima del lunes, pero casi un 40% por debajo del cierre del 2007.

"Sin duda, este es el resultado de la peor situación de endeudamiento que se recuerda en la que han incurrido particulares, empresas y bancos", comenta José Ramón Iturriaga, analista de la gestora de Abante. Se trata, en fin, de una crisis gestada desde el sector financiero por los excesos cometidos en el crédito, cuya mejora depende también de la banca. "Estoy convencido de que las medidas que se han tomado desde los bancos centrales y los gobiernos permitirán que la situación vuelva a normalizarse", añade Iturriaga.

Para los analistas, la fuerte caída que han registrado los mercados internacionales no está justificada por datos fundamentales --los relacionados con las expectativa de beneficios de las empresas-- sino por la crisis de endeudamiento, que ha acabado trasladando sus efectos, al consumo, a la inversión y, consiguientemente, a lo que se denomina economía real.

LOS PEORES ESCENARIOS En todo caso, las bolsas ya han descontado los peores escenarios, una caída del 40% no parece justificada "salvo que se esté asumiendo que las empresas dejarán de tener beneficios de forma infinita", describe Manuel Montesinos, director de inversiones de Inversis Banco. No es ese el entorno que prevé los expertos para la economía mundial.

A esa situación cabe unir la evolución de los tipos de interés. En EEUU han llegado prácticamente a cero, mientras que en Europa, pese a las reticencias iniciales del presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean- Claude Trichet, se han movido a la baja de forma significativa con dos efectos principales: en un entorno de tipos de interés bajos, las bolsas son la mejor alternativa de inversión y si el precio del dinero cae, la economía tiende a activarse.

En general, los especialistas apuestan porque el 2009 puede ser un año de recuperación de los índices, a lo que se suma que "el mercado de renta variable es el único que sigue funcionando regularmente", afirma Iturriaga. Aunque las expectativas de recuperación se sitúan entre el 10% y el 15% para el conjunto del ejercicio, agrega, puede ser el inicio de una nueva etapa de crecimiento prolongado.