La larga marcha hacia la fusión entre Iberia y British Airways (BA), un proceso que se ha dilatado casi tres años, dio ayer un giro definitivo con la decisión de los consejos de administración de las dos aerolíneas de aceptar un acuerdo vinculante para crear "uno de los mayores grupos aéreos del mundo". Los términos de la integración, que deberá ser efectiva en el 2010, suponen que Iberia será titular del 45% del capital de la nueva compañía y la británica, del 55% restante.

El acuerdo calificado como "una fusión entre iguales" en un comunicado conjunto remitido a última hora de ayer, supone rebajar las pretensiones de la compañía española, que antes del verano aspiraba a obtener el 60% del capital. Las complicaciones financieras de la británica, así como los efectos de la crisis económica sobre el valor bursátil de BA, llevaron a Iberia a exigir una mayor presencia en el capital, lo que ralentizó la consecución de un acuerdo.

EFECTO POSITIVO La inminencia del pacto, avanzado ayer por la cadena británica Sky News --aunque no se dio a conocer formalmente antes del cierre de los mercados--, tuvo una inmediata repercusión en la cotización de ambas compañías. Las acciones de BA avanzaron el 7,50% y cerró en 213,11 peniques. Por su parte, Iberia se revalorizó el 11,8%, hasta alcanzar un valor de 2,22 euros por título.

El pacto sometido a los consejos de administración de ambas firmas supone, además, la creación de un hólding denominado TopCo, que tendrá la sede en Madrid, porque será una compañía con divisa en euros. Estará presidido por Antonio Vázquez, presidente de Iberia, mientras que el consejero delegado del hólding será Willie Walsh, primer ejecutivo de la británica. El hólding será propietario de las actuales compañías, que mantendrán los consejos en Gran Bretaña y España. En ese consejo tendría un puesto el presidente de Caja Madrid, todavía Miguel Blesa. La caja madrileña es el primer accionista de Iberia, con cerca del 23% del capital. Blesa fue el principal valedor de Antonio Vázquez y Rafael Sánchez-Lozano para hacerse cargo de la aerolínea española en julio con el principal objetivo de imprimir inercia al proceso de la fusión con la británica, que parecía haber llegado a un punto muerto con la gestión de Fernando Conte.

Las dos compañías explicaron ayer que existen razones estratégicas de peso que justifican la operación. Se derivan de la fuerte crisis por la que atraviesa la industria, que ha llevado a la mayoría de las aerolíneas a una situación de pérdidas. La operación generará un ahorro de costes de unos 400 millones de euros. "Combinará los liderazgos de ambas compañías en el Reino Unido y España y reforzará la presencia en los mercados internacionales de largo radio", según el comunicado. La compañías conservarán sus respectivas marcas y operaciones. Antonio Vázquez calificó la operación como "la más importante de la industria europea de los últimos años" para crear una aerolínea global.

El nuevo grupo aéreo se situará por tamaño por detrás de Air France-KLM y de la alemana Lufthansa y reúne ingresos de 15.000 millones de euros. Contará con una flota formada por 419 aviones y ofrecerá 205 destinos en todo el mundo. En el 2008, las dos compañías transportaron conjuntamente a 62 millones de pasajeros.