Autorregulación, libertad y cautela. Estas fueron las palabras clave pronunciadas ayer por el presidente del Banco Santander, Emilio Botín, en la junta general de accionistas, celebrada en el Palacio de Exposiciones de Santander. "La autorregulación debe ser el hilo conductor de una empresa, de acuerdo con la libertad de organización", dijo.

Botín quiere que todos los organismos internacionales se coordinen a la hora de exigir normas y códigos de gobierno a las grandes sociedades. El banquero no comparte "las críticas" que se hacen a las sociedades españolas que cotizan en bolsa. En tono rotundo añadió: "Cada empresa es un caso distinto".

El presidente del Santander se desayunó el viernes con las últimas críticas del presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Manuel Conthe, que ponían en cuestión el funcionamiento y la libertad de los consejeros independientes de las empresas.

El cántabro, primer banquero de la zona euro y décimo del mundo, está más que irritado con Conthe. Y ello pese a que hace semanas que el Código Conthe ha recogido y modificado las normas del gobierno corporativo que habían enojado a los banqueros y empresarios más poderosos del país. Botín exigió "cautela" en la aplicación de las normas y reivindicó un "periodo de reflexión" sobre los efectos del exceso de regulación.

UN 25% MAS DE DIVIDENDO Para este año, el objetivo del Santander es alcanzar 7.000 millones de euros de beneficio, una cifra sin precedentes. Al mencionarlo recibió un gran aplauso por parte de un auditorio entregado. El beneficio ordinario de la actividad bancaria, sin contar con plusvalías, será de 6.500 millones de euros, un 25% más que los 5.200 millones del año pasado. En las primeras líneas de su discurso anunció un dividendo por acción de 0,4165 de euros, lo que supone un alza del 25%. Fue el momento en el que arrancó otro aplauso del auditorio.

A las 10.05 de la mañana de ayer, el tercer Emilio Botín, presidente del Banco Santander, hizo sonar la misma campanilla que su padre y su abuelo habían usado hace décadas. Tras destacar que el Santander es hoy un banco que se extiende por España, Portugal, Europa (con especial presencia del Abbey en el Reino Unido) y detenerse en la solución final para el norteamericano Sovereign, recordó que en el año 2007, el Santander tendrá una marca única. El Banesto será la excepción. En el Abbey se implantará más tarde.

El Santander, añadió Botín, seguirá comprando bancos. Las dos condiciones para las adquisiciones son que sean negocios de banca minorista o de financiación al consumo y en mercados en donde la gestión del Santander "añada valor". No pudo resistir poner de manifiesto su espina, la que más le duele: el precio de la acción, "que no refleja en absoluto el valor" del grupo.

Por su parte, el consejero delegado, Alfredo Sáenz, aseguró que en el actual entorno globalizado "es un peligro" ser una entidad mediana. Agregó que, para triunfar, hay que ser, "o bien un grupo grande o bien pequeño, muy especializado y ágil". Añadió que el Santander combina "la flexibilidad y cercanía" de una entidad pequeña con la visión global de los grandes.