El 'brexit' ha despertado expectación en la industria europea, que se frota las manos, aunque con discreción, ante la posible caída en desgracia de sus competidores británicos. Al mismo tiempo, observa con preocupación el frenazo en el consumo interno y los efectos sobre las exportaciones a las islas. En cambio, la industria del automóvil del Reino Unido, que está en su totalidad en manos de multinacionales extranjeras, intenta suavizar las consecuencias del divorcio respecto a Europa con la exigencia de que no tengan que pagar aranceles para vender coches en la Unión Europea, su principal mercado.

El último proyecto del 'made in UK' puede ejemplificar el impacto de la salida de la UE. El presidente de la empresa London Taxi Company, Peter Johanson, presentaba recientemente enBarcelona el nuevo modelo eléctrico del icónico taxi negro londinense con el que quieren conquistar las ciudades europeas a partir del 2018 a un precio "muy competitivo". Pero en esa fecha, el Reino Unido puede estar fuera ya de la UE y, si se han establecido aranceles, el precio del vehículo se encarecerá y puede poner en peligro una inversión de 380 millones de euros.

LOS ARANCELES, LA CLAVE

Los aranceles no solo provocarían un aumento del precio de los coches, sino de las piezas que necesitan las factorías británicas para ensamblar los vehículos, que en un 70% se compran en la UE. Todo ello causaría una "pérdida directa de competitividad en una industria global que obligaría a repensar el sector en Inglaterra", ha indicado un directivo de la industria española.

El director general de la Asociación de Fabricantes de Automóviles del Reino Unido (SMMT), Mike Hawes, recordó al Gobierno británico, el mismo día en que se conoció la victoria de la salida de la Unión Europea, que "ahora tiene que mantener la estabilidad económica y asegurar un acuerdo con la UE que proteja los intereses de la industria del automóvil del Reino Unido", lo que pasa por "el acceso libre de aranceles a los mercados globales europeos" y mantener las condiciones para "reclutar talentos de la UE" y el atractivo como destino para la inversión.

BARCELONA Y FIGUERUELAS, A LA ESPERA

Sin embargo, las fábricas inglesas pueden sufrir a partir de ahora la absoluta dependencia de multinacionales extranjeras, una debilidad que durante muchos años amenazó a las plantas españolas. Una buena parte de esas compañías disponen de otras fábricas en el continente europeo a unos cientos o miles de kilómetros de las británicas. La imposición de aranceles situaría a las plantas de las islas en una posición de desventaja competitiva que causaría desinversiones. La primera fábrica en notar el impacto sería la de General Motors (GM) en Ellesmere en el 2021, coincidiendo con la renovación del modelo Astra que se produce en esa instalación, según el pronóstico de la consultora LMC Automotive.

La respuesta oficial de GM ha sembrado la incertidumbre sobre el futuro de sus plantas británicas al anunciar el consejero delegado de la filial europea Opel, Karl-Thomas Neumann, que sufren "un fuerte viento de cara" en el mercado más importante para la marca. El jefe financiero del grupo, Chuck Stevens, fue más taxativo al indicar que la firma estudia "cualquier vía" para mitigar los efectos adversos, ya sean recortes o el traslado de modelos a otras factorías. Entre las plantas que podrían optar a asumir los modelos fabricados por GM en el Reino Unido se encuentran la de Opel en Figueruelas(Zaragoza) y de la de Nissan en Barcelona, que hasta hace poco fabricaba la furgoneta Opel Vivaro que también se ensambla enLuton.

Sobre el papel, los empleados de Nissan en la Zona Franca también tienen opciones para ganar la producción de alguno de los exitosos modelos (Qashqai y Juke) que se producen en la planta de la marca en Sunderland, convertida en la joya de la corona con fuertes inversiones en los últimos años. El diario 'Financial Times' recogía en un reportaje el "miedo" que reinaba entre los 6.700 trabajadores de la planta. El presidente de Nissan, Carlos Ghosn, no despejó sus temores, sino que los acrecentó todavía más al advertir de que el acuerdo comercial entre el Reino Unido y la UE "determinará cómo y cuánto" invertirá la multinacional en su factoría estrella, aunque se mostró "razonablemente optimista" sobre la negociación del 'brexit'.