El otoño arranca con síntomas de recuperación para la economía británica. Los últimos datos publicados con una mejora del empleo, la reactivación del sector inmobiliario y de la confianza de los consumidores parecen poner fin a la recesión. La Bolsa de Londres franqueó ayer la barrera simbólica de los 5.000 puntos, algo que no ocurría desde octubre del año pasado.

Según el Instituto Nacional de Investigación Económica y Social, el PIB británico ha crecido el 0,2% en el tercer trimestre. El PIB había caído el 0,3% entre mayo y julio, y el año arrancó con la bajada del 2,4% de enero a marzo. La Confederación de Contratación y Empleo también ha constatado una mayor voluntad de reclutar empleados, por primera vez en 17 meses, si bien habrá que esperar las futuras cifras de paro. La producción industrial aumentó el 0,5% en julio, la primera vez desde inicios del 2008.

Los precios inmobiliarios han subido por cuarto mes, mientras el comercio recobra las ventas, que en agosto llegaron a descender el 0,1%.

Si bien los datos son alentadores, autoridades y analistas son prudentes. Los especialistas esperan aún un periodo de estancamiento, con un retorno lento a la normalidad. El Gobierno, aunque opuesto hasta ahora a la reducción del gasto público, prepara un proyecto reduciendo costes y fijando "prioridades".