El Gobierno de Brown prevé anunciar hoy una rebaja del IVA que puede llegar a los 2,5 puntos, como nueva medida de choque para reactivar la economía británica. El drástico recorte, adelantado ayer por los medios de comunicación británicos, deberá ser anunciado esta tarde en la Cámara de los Comunes, por el ministro de Finanzas, Alistair Darling, junto a un paquete económico en el que se esperan cambios radicales, con repercusiones a medio y largo plazo en la actividad económica.

El IVA en el Reino Unido es actualmente del 17,5% y podría quedar situado en el 15% el mínimo exigido por la Unión Europea. El nuevo porcentaje entraría en vigor antes de Navidad y se calcula que costará 15.400 millones de euros anuales al erario británico. La medida será temporal, aunque se mantendrá durante al menos dos años, un periodo suficiente para que la economía recobre el aliento, coincidiendo además con la celebración de las futuras elecciones generales. Brown, al que sus respuestas ante la crisis ha hecho renacer en los sondeos y acortar distancias con la oposición, no quiso ayer entrar en detalles, pero señaló que la inyección de dinero será "sustancial".

ESTRATEGIA ARRIESGADA Su estrategia es a juicio de los expertos, muy arriesgada y tendrá serias repercusiones durante años en las finanzas públicas. Los conservadores acusan a los laboristas de estar incrementando peligrosamente la deuda, al recortar los impuestos. David Cameron, el jefe de los tories, comparó ayer las tácticas de Brown y su equipo como una "bomba de relojería" que terminará estallando, dada la actual "orgía de préstamos", con la que se está comprometiendo el gobierno.

Brown negó que se trate de una "apuesta" o que esté actuando imprudentemente, e insistió en estar haciendo "lo que es necesario y responsable". "Si no hacemos nada ahora, la desaceleración será más larga y más severa", afirmó.

El paquete de los presupuestos preliminares que se hará público hoy comprenderá otras medidas de excepción, destinadas a ayudar a los contribuyentes más modestos y a las pequeñas empresas. Una de las innovaciones consistiría en otorgar un periodo de gracia de tres meses a quienes no puedan pagar la hipoteca, antes de iniciarse diligencias judiciales de embargo contra deudores que hayan perdido el empleo o que estén a cargo de un negocio que tenga dificultades. También se estudia una rebaja del impuesto sobre las sociedades, así como una reducción de las tasas a familias necesitadas.