La Comisión Europea aceptó ayer las garantías ofrecidas por Francia de que su plan de ayuda al sector del automóvil, dotado con 6.000 millones de euros en créditos blandos, no contiene medidas proteccionistas. El Ejecutivo comunitario había pedido aclaraciones por considerar que algunas de las condiciones que el plan imponía a los fabricantes para recibir fondos podrían vulnerar la legislación comunitaria.

El secretario de Estado francés de Industria, Luc Chatel, envió el sábado una carta a la comisaria de Competencia, Neelie Kroes, en la que las autoridades francesas se comprometen a no poner en práctica ninguna medida de ayuda al sector del automóvil que contravenga los principios del mercado interior, según informó el Ejecutivo comunitario.

Francia aseguró a la Comisión Europea que los acuerdos del Gobierno con los fabricantes sobre los créditos no contendrán ninguna condición sobre la localización de sus actividades o la obligación de comprar prioritariamente a proveedores instalados en Francia. La comisaria de Competencia se declaró "satisfecha por las garantías presentadas".