El estado de salud de la economía española sigue mostrando señales de vulnerabilidad importantes y el Gobierno de Pedro Sánchez solo ha conseguido progresos limitados a la hora de cumplir con las recomendaciones económicas de la Comisión Europea, con dos focos de especial inquietud en los que Bruselas alerta de la falta de avances: preservar un sistema de pensiones sostenible y un refuerzo del marco presupuestario que garantice la sostenibilidad de las finanzas públicas en un contexto de alto endeudamiento público y privado.

Son algunos de los elementos recogidos en la radiografía anual que realiza el Ejecutivo comunitario. Un examen de más de un centenar de páginas en el que España vuelve a salir reprobada por debilidades estructurales y un legado de la crisis que no ha superado. La deuda interna y externa, tanto pública como privada, sigue siendo muy elevada. El paro se ha reducido pero demasiada gente permanece sin empleo o luchando por ganarse la vida dignamente y la productividad sigue siendo muy moderada, debido a la baja innovación de empresas y regiones, la fragmentación regulatoria, las barreras del mercado, la segmentación del mercado laboral o la brecha en las cualificaciones.

A esto se suman un déficit público obstinadamente alto, ya que el nivel de impuestos es bajo en relación al gasto, y unos riesgos para la sostenibilidad fiscal global significativos a medio y largo plazo. El primero de ellos, advierte Bruselas, los planes del gobierno de vincular de forma permanente las pensiones al índice de precios al consumo y disociar el nivel de la pensión inicial de los cambios en la esperanza de vida. En ausencia de medidas compensatorias, prosiguen los expertos comunitarios, aumentará significativamente el gasto en pensiones a medio y largo plazo y empeorará la equidad intergeneracional. Algo que ocurre en un contexto en el que la adecuación de las futuras pensiones se situará de media por encima de la UE y en el que la pobreza afecta sobre todo a los grupos de edad más jóvenes, incluidos los niños.

REVISIÓN DE LA REFORMA LABORAL

Al problema del sistema de pensiones se suma un mercado laboral con una tasa de temporalidad excesivamente elevada, del 26% y la más elevada de toda la UE, que afecta negativamente en el crecimiento de la productividad, alimenta la desigualdad y la pobreza laboral. Esto tiene un impacto negativo en la formación de capital humano, lo que impide un crecimiento más rápido de la productividad laboral, advierte la Comisión que alerta también de que los contratos temporales son cada vez más cortos, que se utilizan cada vez más en sectores con escasa estacionalidad y que los subsidios al empleo no son efectivos para promover un empleo estable. Además de la elevada temporalidad, Bruselas también censura la decisión del Gobierno de elevar el salario mínimo un 22,3% en 2019, sin cuantificar previamente el impacto de esta medida sobre el empleo y la pobreza por sectores y regiones, y alerta sobre los planes del Gobierno de revisar algunos aspectos de la reforma laboral de 2012, realizada por el Gobierno de Mariano Rajoy, y que ha respaldado una fuerte creación de empleo durante la recuperación.

AYUDAS DEL FONDO DE TRANSICIÓN

Por primera, este ejercicio anual también presta atención a los 17 objetivos de desarrollo de Naciones Unidas y los progresos realizados por los Estados miembros así como a los desafíos en el ámbito del clima, la transición energética y el nuevo Fondo europeo de Transición Justa (JTF en inglés). Bruselas advierte de que el uso de la fiscalidad verde ,como herramienta para cambiar el comportamiento y generar ingresos, sigue siendo modesto y apunta a la importancia del JTF para apoyar a las regiones más dependientes de los combustibles fósiles sólidos como el carbón. El análisis incluye una evaluación preliminar sobre inversiones prioritarias y las regiones que podrían verse beneficiadas por las ayudas del nuevo fondo, que en el caso de España, según Bruselas, podrían ser Asturias, León, Palencia, Cádiz, A Coruña, Córdoba, Almería y Teruel.

DESEQUILIBRIOS MACROECONÓMICOS

Además, el Ejecutivo comunitario vuelve a situar a España en el grupo de países con desequilibrios macroeconómicos. España, Portugal, Irlanda y Croacia se caracterizan por una combinación de vulnerabilidades relacionadas con el alto endeudamiento privado, del gobierno y exterior, señala la Comisión Europea sobre la elevada tasa de deuda pública y privada, tanto interna como externa. La revisión en profundidad de los desequilibrios macroeconómicos también ha identificado problemas en Alemania y Países bajos, debido a los elevados superávit por cuenta corriente que siguen registrando estos países. Y lo mismo con Francia donde la deuda pública sigue sin retroceder pese a algunos progresos. Mientras tanto, en el caso de Suecia, el análisis alerta de que los precios de la vivienda se mantienen a niveles históricamente elevados y que la deuda de los hogares sigue creciendo. También persisten los problemas en la economía de Rumanía, donde las vulnerabilidades relacionadas con las pérdidas de competitividad de costes y un déficit por cuenta corriente cada vez mayor persisten en el contexto de una política fiscal fuertemente expansiva.

El examen comunitario incluye a otros tres Estados miembros en el grupo de países que experimentan desequilibrios macroeconómicos excesivos: Grecia, Chipre e Italia mientras que Bulgaria sale de la lista de países con desequilibrios. La buena noticia es que los desequilibrios en la UE están retrocediendo. Los Estados miembros deben continúan construyendo en esta tendencia positiva. Tienen que continuar haciendo reformas, rebajar la deuda, relanzar la competitividad y hacer las inversiones adecuadas para lograr una transición justa hacia una economía inclusiva y sostenible, ha explicado el vicepresidente Valdis Dombrovskis.