La Comisión Europea y el Banco Central Europeo (BCE) han advertido al Gobierno que la banca española sigue siendo vulnerable debido la persistencia de la crisis y a la debilidad de la recuperación económica, a pesar de que no se considera que sean necesarias nuevas ayudas europeas y que el plan de rescate bancario se podrá dar por concluido en enero. El informe sobre la cuarta inspección sobre el cumplimiento del programa de rescate que ha hecho público la Comisión Europea confirma que se han cumplido la mayor parte de las condiciones impuestas en el rescate, pero insiste en que los bancos deben mantener o incrementar su nivel de capital, lamenta el retraso en la aplicación de gran parte de las reformas económicas y reitera que el proyecto de presupuesto del 2014 no cumple los objetivos fijados de reducción del déficit público nominal y estructural.

La banca ha reducido sus costes de financiación y ha vuelto a recuperar la rentabilidad, pero no ha trasladado esos menores costes a los créditos, precisa el informe. La banca, añade el documento, se está centrado en prestar dinero al Estado que es más rentable y con menos riesgos, mientras sigue reduciendo su crédito a las empresas y los hogares. Los préstamos a la Administración crecen el 10% en términos anuales, mientras los créditos a empresas y familias bajan el 11%.

La reactivación en la concesión de créditos que se prevé en el 2014 no beneficiará además a las pequeñas y medianas empresas, reconoce el informe elaborado por el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, en coordinación con el BCE. La reestructuración del sector bancario ha privado asimismo a las pymes de su financiación tradicional a través de las cajas de ahorros y las nuevas entidades que han surgido de la reestructuración exigen "condiciones más onerosas" a las pymes, precisa el informe.

La Comisión Europea expresa de nuevo su preocupación por la contabilización excesiva de compensaciones fiscales diferidos como capital en los bancos. El informe recuerda que la materialización de esas deducciones fiscales requiere la obtención de beneficios elevados, mientras que la prolongación de la crisis está deteriorando el valor de la cartera de créditos. El Ejecutivo comunitario y el BCE insisten también en la necesidad de limitar el reparto de dividendos en efectivo para recapitalizar más los bancos, porque las incertidumbres económicas actuales requieren unos niveles confortables de capital.

Respecto al 'banco malo' Sareb, el informe señala que seguramente no podrá alcanzar los objetivos fijados para el 2013 debido a los retrasos iniciales en su puesta en marcha y que deberá revisar su plan de negocio ante la persistencia de la crisis del sector inmobiliario, que sigue sufriendo caídas de precios anuales del 12%.

La Comisión Europea señala también su preocupación por los riesgos de que el Gobierno no logre cumplir el objetivo de rebajar el déficit público al 6,5% en el 2013 y porque el proyecto de presupuestos del 2014 no cumple plenamente las exigencias para garantizar la reducción del déficit público nominal al 5,8% y una reducción del déficit estructural en un 0,8% del PIB. El informe critica asimismo que muchas de las reformas económicas comprometidas están aún en trámite parlamentario o en una fase muy inicial de su aplicación. El informe añade además que es aún pronto para poder saber si la reforma laboral aprobada es adecuada para lograr una recuperación rápida del empleo.