La Comisión Europea tuvo que aplazar ayer la presentación de un nuevo paquete de medidas para luchar contra la recesión debido a la división del propio Ejecutivo comunitario y a la oposición de los países que son principales contribuyentes netos al presupuesto de la UE.

El nuevo paquete pretendía acelerar los proyectos de inversión pública mediante una financiación total de los mismos por parte de los fondos regionales europeos durante el 2009 y el 2010. Esto evitaría que los estados nacionales tuvieran que aportar el 15%, el 25% o el 50% del coste total como requiere el reglamento, ya que esta exigencia frena la realización de proyectos por el elevado déficit público de los países debido a la crisis.

La propuesta ha tropezado con la oposición de Alemania, Holanda, Austria y Reino Unido, principales contribuyentes al presupuesto comunitario. El comisario de Industria, el alemán Gunter Verheugen, obligó a aplazar hasta el 22 de julio los debates.

España quiere que la Comisión Europea incluya en el paquete anticrisis una prórroga de un año del plazo de que disponen los Veintisiete para gastar los fondos regionales asignados. Por la lentitud en la presentación de proyectos y las deficiencias administrativas, España solo ha recibido 2.300 millones de euros de los 6.300 millones que le correspondían en el 2007.