La Comisión Europea ha advertido a las cuatro entidades nacionalizadas (Bankia, Novagalicia Banco, Catalunya Banc y Banco de Valencia) que la capitalización era un primer paso en el proceso de saneamiento, que no acaba ahí, porque ahora deben implementar sin demora los planes de reestructuración aprobados en Bruselas y que estas entidades se han comprometido a aplicar bajo la estricta supervisión del BCE y del Banco de España, informaron a Europa Press en fuentes financieras.

Así se lo ha trasladado la Comisión Europea a los directivos de las entidades después de que el pasado mes de diciembre se instrumentralizaran las ayudas comprometidas por 36.968 millones de euros, de los que 17.959 millones se destinaron a BFA-Bankia, 9.084 millones a Catalunya Bank, 5.425 millones a NovaGalicia Banco y 4.500 millones a Banco de Valencia.

A cambio, Bruselas les ha impuesto unos duros planes de reestructuración a cinco años que incluyen, como líneas generales, una reducción de su balance de al menos el 60%; la adaptación de su estructura de costes al nuevo negocio bancario con una significativa reducción de empleo y oficinas; el reequilibrio de su estructura de pasivo; la prohibición de financiar promoción inmobiliaria y de abandonar el negocio al por mayor, y la obligación de centrarse en sus regiones de origen.

Como condición a la entrega de ayudas, la CE también exige que las nacionalizadas impongan pérdidas a los titulares de deuda subordinada y participaciones preferente para asumir costes de los procesos de reestructuración. En Bankia, el descuento que se aplicará a los clientes con preferentes será del 39%, mientras que las otras entidades aún negocian cómo cumplir con esta exigencia. El Banco de España ha cifrado que la quita para clientes de Novagalicia y Catalunya Banc oscilará entre el 30% y el 70%.

Pero las entidades no han dilatado mucho el proceso y ya han desvelado algunas pinceladas de cómo pretenden acometer sus ajustes de plantilla y oficinas. De hecho, Bankia tiene hasta el próximo 9 de febrero para determinar el número final de despidos. En un borrador de Expediente de Regulación de Empleo (ERE), la entidad presidida por José Ignacio Goirigolzarri propone despedir a 5.000 trabajadores, 1.000 menos de los inicialmente previstos, a los que ofrecería una indemnización de 22 días por año y con un topo de 14 mensualidades.

Bankia además ha planteado el cierre de unas 1.100 oficinas y una reducción de sueldo a la plantilla de entre el 40% y 50%. La entidad espera volver a beneficios este mismo año y prevé ganar 1.200 millones en 2015.

La dirección de Novagalicia Banco, por su parte, propone a los sindicatos el despido de 2.508 empleados entre 2013 y 2017, de los que un total de 930, según los planes de la entidad, se materializarían este mismo año. El banco plantea haber cerrado 327 oficinas cuando termine 2015.

De su lado, Catalunya Banc está pendiente de concretar su ajuste, que deberá asumirlo la entidad que finalmente se haga con el banco en proceso de subasta. Citigroup reactivará la venta de Catalunya Banc esta semana, después de que la entidad, ya recapitalizada, haya traspasado todos su activos tóxicos a la Sociedad de gestión de activos procedentes de la reestructuración bancaria (Sareb).

Banco de Valencia fue la primera entidad nacionalizada que presentó sus cifras de ajuste. En noviembre, el banco suscribió con los sindicatos un acuerdo de ERE que afectará a 360 empleados, frente a los 495 inicialmente previstos. El acuerdo prevé también el cierre de 67 oficinas.

Ahora está por ver cómo articularán las exigencias de Bruselas las entidades pertenecientes al Grupo 2 (Liberbank, BMN, Banco Ceiss y Caja 3), que recibirán 1.865 millones en ayudas totales. La imposición de Bruselas pasa por una reducción de tamaño del 30% de media a las tres primeras hasta 2017, en tanto que ha forzado la absorción de Caja3 por parte de Ibercaja.