Las líneas maestras de los presupuestos nacionales de cada año de los países de la zona euro deberán someterse al control previo de la Comisión Europea y de los ministros de Finanzas del Eurogrupo antes de presentarse a los parlamentos nacionales, según propuso ayer el Ejecutivo comunitario para reforzar la coordinación económica y evitar la repetición de crisis como la griega. Alemania y Francia se mostraron abiertas a la iniciativa, mientras que Suecia y Gran Bretaña, que no forman parte del euro, expresaron su rechazo.

Las propuestas de la Comisión Europea incluyen también imponer una corrección acelerada de los déficits públicos excesivos, restringir el acceso a los fondos europeos a los países que no sigan las recomendaciones econó- micas, priorizar más la reducción del nivel de deuda pública y establecer una supervisión estrecha a los desequilibrios eco- nómicos internos de los países. No obstante, el esperado documento de la Comisión adolece de una gran falta de concreción.

PRESERVAR LA ESTABILIDAD El control previo del presupuesto nacional servirá para evitar que los planes de un gobierno en materia de impuestos, gastos, déficit y deuda "pongan en peligro la estabilidad financiera de los demás países de la zona euro", explicó el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn. Este control previo no resta soberanía a los parlamentos nacionales, que conservarán su poder de aprobarlos al final, argumentó Rehn.

El pacto de estabilidad del euro, que limita el déficit público a un máximo del 3% del producto interior bruto (PIB) y la deuda pública a un techo del 60% del PIB, también debe aplicarse de forma más estricta y preventiva, señaló Rehn.

La Comisión Europea propone para ello que las llamadas al orden a los estados laxos se produzcan antes y más deprisa, con recomendaciones más firmes, y que los expedientes por déficit público excesivo deban incluir un plan efectivo de reducción del nivel de deuda pública.

Rehn defendió unas sanciones más efectivas para reforzar la credibilidad del pacto de estabilidad. Entre ellas, propuso bloquear las ayudas de cohesión y el acceso a los fondos europeos.

La Comisión Europea quiere además extender la supervisión a los desequilibrios internos de los países para poder imponer reformas. Rehn anunció que se elaborará una serie de nuevos indicadores para poder actuar preventivamente cuando se detecten problemas de pérdida de competitividad, burbujas inmobiliarias, crecimiento excesivo del crédito y elevados déficits.