Las entidades financieras europeas deben asumir al máximo el coste de su reestructuración, según las directrices adoptadas ayer por la Comisión Europea para regular el proceso de reajuste bancario dentro de la Unión Europea (UE).

"La ayuda pública debe limitarse al mínimo necesario", advierte el documento. Los bancos "deben utilizar en primer lugar sus propios recursos para financiar la reestructuración, como por ejemplo, la venta de sus activos", y deben pagar "una retribución adecuada por la ayuda pública", precisan las directrices. "No pueden usar la ayuda estatal para remunerar sus acciones o la deuda subordinada cuando sus actividades no generen suficientes beneficios", ni para realizar nuevas inversiones, asegura. "Los bancos deben asumir adecuadamente las consecuencias de su comportamiento pasado", subraya.

Además, según la directiva, los bancos tendrán un plazo de cinco años para reestructurarse y los que reciban ayudas deberán transformarse en viables a largo plazo sin poder contar con nuevas ayudas.