El precio de los mensajes del teléfono móvil (SMS) en el extranjero será un 60% más barato a partir del próximo mes de julio si los gobiernos de los 27 estados de la Unión Europea (UE) y el Parlamento Europeo aprueban la nueva reglamentación propuesta ayer por la Comisión Europea. Ante la resistencia de las compañías telefónicas a reducir sus precios abusivos, el proyecto establece un precio máximo de 0,11 euros para el usuario (sin incluir los impuestos) por cada mensaje enviado desde otro país de la UE diferente del suyo.

Los precios mayoristas que se cobran los operadores entre sí por el uso de sus redes respectivas quedará limitado a un máximo de 0,04 euros por mensaje, explicó la comisaria de Telecomunicaciones, Viviane Reding, al presentar sus propuestas. La recepción de mensajes en el extranjero seguirá siendo gratis.

Los ciudadanos europeos enviaron durante el año pasado unos 2.500 millones de mensajes de texto telefónicos por un importe de 800 millones de euros. Cada año, unos 37 millones de ciudadanos europeos se desplaza como turista a otro país de la UE y otros 110 millones viajan por motivos de negocio, dijo Reding.

Los usuarios pagan unas tarifas extremadamente elevadas por el envío de esos mensajes en itinerancia (roaming ) cuando se encuentran en otro país que no es el suyo de residencia. El precio de ese servicio en itinerancia es de media 10 veces más elevado que la tarifa nacional, cuando el coste real para las operadoras es inferior a 0,01 euros.

El precio del envío de un mensaje en el país de residencia se sitúa de media en 0,08 euros en la UE, mientras que cuando se envía ese mismo mensaje en el extranjero el coste medio se dispara a 0,29 euros y puede llegar hasta 0,75 euros. Las compañías telefónicas que operan en España son de las que más cobran, entre 0,32 y 0,70 euros, según la Comisión Europea.

FACTURA EXORBITANTE Como las telefónicas también aplican unos precios exorbitantes en la transmisión de datos informáticos a través del teléfono móvil o el ordenador, la Comisión también ha decidido fijar un precio mayorista máximo, aunque ha renunciado por presiones del sector a establecer un precio máximo para el usuario.

La propuesta del Ejecutivo comunitario establece que el precio mayorista por transmisión de un megabyte en itinerancia quede limitado a un euro, con la esperanza de que eso rebaje el precio actual que sufren los usuarios cuando conectan el teléfono o su ordenador a internet en el extranjero.