La zona euro sufrirá un freno en su frágil recuperación en el 2011 y España registrará un crecimiento mucho menor, anunció ayer la Comisión Europea al presentar sus Previsiones Económicas de Otoño. El crecimiento de la zona euro pasará del 1,7% este año al 1,5% en el 2011 y al 1,8% en el 2012, aunque, a diferencia de España, el conjunto de la eurozona ya comenzará a crear empleo en el 2011.

Las previsiones para la economía española son peores: crecerá el año próximo el 0,7%, menos de la mitad que la zona euro y menos de lo previsto por el Gobierno (1,3%). Según el Ejecutivo comunitario, no alcanzará un crecimiento sostenido del 1,7% hasta el 2012 y no volverá a crear empleo hasta ese año. La tasa de paro se mantendrá en el 20,2% en el 2011 y solo bajará al 19,2% en el 2012, mientras que la inflación se situará en el 1,5% en el 2011 y en el 1,4% en el 2012, por debajo de la media de la zona euro (1,8% y 1,7%).

Frente a las dudas sobre España, el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, destacó que la estrategia gubernamental española para reducir el déficit "está correctamente encaminada" y "en línea con las recomendaciones" de la Comisión y del Consejo de Ministros de la UE. Bruselas calcula que el déficit español será el 6,4% del producto interior bruto (PIB) en el 2011, 0,4 puntos por encima del objetivo gubernamental, debido a las diferentes estimaciones de crecimiento.

Rehn señaló que, si se confirma el riesgo de que el crecimiento sea menor, España deberá tomar medidas adicionales para alcanzar el fin del déficit, como el propio Ejecutivo ha prometido.

Se da la circunstancia de que las previsiones de crecimiento de la Comisión Europea respecto a España son sistemáticamente inferiores a la realidad, por lo que el Ejecutivo comunitario debe revisarlas al alza de forma significativa cada seis meses. Después de estar un año considerando como irrealista la previsión gubernamental para el 2010 de una contracción del PIB de solo el -0,3%, la Comisión Europea dio ayer finalmente la razón al Gobierno e incluso se mostró algo más optimista: -0,2%.

En este contexto, la presión vendedora de los inversores de deuda pública española se mantuvo. Las ventas se fueron imponiendo a lo largo del día, por lo que la rentabilidad del bono a 10 años se disparó por encima del 5,50%. De esta forma, marcó un nuevo diferencial récord con respecto a la deuda alemana de más de 270 puntos básicos.