En España la mejor garantía de promocionar durante épocas de bonanza y de mantener el estatus durante las vacas flacas es el apellido. El origen familiar de una persona es una variable clave en la gran mayoría de los países para ocupar y conservar las mejores profesiones, pero en España este factor es especialmente determinante. Mucho más que las habilidades que muestre dicha persona. De media, una persona cuyos padres tienen estudios universitarios tiene el 23,5% más de posibilidades de ocupar un puesto directivo que una persona de familia sin estudios. Así lo constata un informe elaborado por investigadores de la UPF y el Observatori Social de La Caixa, que sitúa a España como el segundo país entre las principales economías de la UE donde el origen social es más determinante a la hora de definir las oportunidades de un individuo.

Los investigadores Gøsta Esping-Andersen, de la UPF, y Jorge Cimentada, del Max Planck Institute of Demographic Research, demuestran que las habilidades cognitivas de un estudiante no son en España ni de lejos la variable más determinante para esclarecer el futuro profesional de una persona. Y lo muestra, un ejemplo basado en los datos recabados por los investigadores. Una familia en España en la que los padres tienen formación universitaria tiene dos hijos, uno con unas aptitudes cognitivas elevadas y otro con unas bajas. El primero, el 'listo', tiene el 61% de posibilidades de acabar ocupando una posición directiva en un futuro. El segundo, el 'no tan listo', tiene el 59,5% de posibilidades de acabar siendo directivo. Una diferencia de menos de dos puntos.

Siguiendo con el ejemplo, un compañero de estos dos estudiantes que provenga de una familia trabajadora sin estudios universitarios y que muestre unas aptitudes cognitivas elevadas tiene el 44,3% de posibilidades de acabar ocupando un cargo de dirección. Es decir, hay más de 15 puntos de diferencia entre las oportunidades de un alumno 'listo' y de familia acomodada y uno igual de inteligente, pero de familia humilde. La brecha se agranda todavía más en el caso de que el alumno tenga bajas habilidades cognitivas y una familia sin estudios superiores, lo que constata una menor movilidad social y meritocracia en España que en países de su entorno.

ESPAÑA, TIERRA DE LINAJES

La influencia del origen familiar ya no para promocionar hacia posiciones directivas, sino para acabar ocupando posiciones subalternas, es todavía más intensa. Pues un alumno avezado de padres universitarios tiene el 35,5% de posibilidades de acabar siendo un subalterno; frente al 50% de posibilidades que muestra un compañero suyo igual de listo, pero de padres trabajadores. La 'ventaja' familiar en España es la segunda más alta de los 21 países analizados por los investigadores, con una media de influencia del 24,3%, y solo superada por Italia. En Francia dicho porcentaje no alcanza el 20%, en Alemania supera por poco el 10% y en Noruega está por debajo de los dos dígitos.

Ese lastre en el ascensor social español lo acreditan también otros estudios recientes, como el publicado por la Fundación Felipe González. Según sus datos, obtenidos a base de cruzar informaciones de la Agencia Tributaria sobre 1,6 millones de españoles, entre 1984 y el 1990, criarse en una familia rica multiplica casi por tres la probabilidad de disfrutar de rentas altas durante la edad adulta. En este sentido, los hijos de los hogares que eran ricos ya en siglo pasado ganan en la actualidad 5.000 euros anuales más que los de hogares pobres.